Si me amas... Adorarás a mis hermanos. (1)

Unos soldados dementes.

Dedicado a "@perezmercado"
"Gracias por tu comentario, significó mucho para mí..."

Eros gruñó apretando su agarre en la pelirroja contra su cuerpo. Sus latidos estaban desbocados por la proximidad de sus cuerpos amenazando con distraerlo. Theresa gruñó con exasperación sin encontrar una salida. No quería perder, no quería perder contra Eros.

Su instructor inclinó la cabeza hasta le oreja de la pelirroja.

—Ríndete. Ninguno de tus compañeros te va a ayudar. —la mirada de la aludida fue a sus compañeros que esperaban su indicación, ellos, muy a su pesar, confiaban en ella y su criterio —Solo están viendo tu incapacidad para poder ganar. Ríndete, Tessa.

—Ya deberías saber... Que yo no... Me rindo.

Eros apretó más el agarre contra su cuello, la sangre comenzó a teñir el rostro de Theresa color escarlata.

—No me vas a vencer, pero hiciste un buen esfuerzo.

Theresa se agitó en sus brazos tratando de usar su peso para desequilibrarlo. Era inútil, Eros era una masa enorme de músculo, no había manera en la que pudiera tirarlo.

—Tessa...

Noah, que se había levantado al ver a su prima tomar una buena delantera, sonrió con aburrimiento al verla finalmente sometida. Había hecho un buen intento por vencer a su superior, pero seguía siendo débil. Ya sabía en que terminaría aquello, ella se iba a rendir y Eros los mandaría a castigo. A pesar de saber aquello, decidió quedarse en su lugar, presenciando aquel acontecimiento. Algo en la mirada furiosa de su prima le decía que las cosas no terminarían ahí.

Theresa sintió la falta de oxígeno en su cuerpo. Sujetó el brazo de Eros en un inútil intento por lograr quitarlo.

—Tendrás tu castigo, pero si no te rindes te vas a quedar inconsciente. Pídeme que te suelte, Tessa. De lo contrario así nos quedaremos hasta que el otro no pueda.

Eros se sintió frustrado tras las negativas de la chica. Gruñó apretando su agarre a pesar de lo que quería. Theresa estaba apunto de soltarlo, estaba apunto de renunciar a la poca dignidad que le quedaba.

Perder no es una opción

El rostro de todos a su alrededor se descompuso en uno lleno de sorpresa y las exclamaciones salieron de sus bocas en el momento en el que la joven mordió el brazo de su instructor. Eros dejó salir un jadeó de sorpresa antes de retroceder confundido.

Theresa se liberó de su agarre para después darle una patada en el pecho logrando desestabilizarlo. Miró a sus compañeros.

—¡Ahora!

Los dos, sin perder mucho tiempo en pensar lo que había hecho Theresa, corrieron a su instructor tomándolo de nuevo por sorpresa, los gritos y porras comenzaron a escucharse a medida que hacían retroceder a Eros, Theresa respiró hondo corriendo a él. Eros logró empujar a Jordan hasta el suelo y le asestó un puñetazo a Caleb haciendo que se encorvara, Theresa derrapó entre las piernas de su instructor estirando la mano, Caleb cayó encima de ella dando así por finalizado el juego.

Eros se giró a ellos con la respiración agitada. Theresa se tomó unos instantes para recuperar el aliento y quitarse de encima a su compañero. El castaño lo admitió: Lo habían tomado por sorpresa. Miró su brazo donde seguía la marca de la mordida de la joven. Sonrió divertido.