Theresa miró a la mujer rubia postrada en la cama. Estar en ese lugar era lo último que quería. Sin embargo, tenía muchas preguntas que hacer y necesitaba las respuestas a todas ellas. Apretó los labios pensando en que decir y como se supone que debería actuar. Estaba realmente consciente de que lo que sabría en ese momento le cambiaría de nuevo la vida. El grueso y molesto nudo en la boca del estómago se lo advertía.
La mujer la miró sonriendo de lado, como si verla fuera algún sueño que nunca estaría segura de cumplir.
—Debes de ser Theresa.
La joven pelirroja apretó los labios con cierta incomodidad.
—Tessa.
Respiró con lentitud evaluando toda la situación. La mujer sonrió de manera maternal al verla.
—Tessa... Has crecido mucho. Eres preciosa.
Theresa se removió incómoda mirando el lugar, suspiró acercándose a la cama y sentándose en el sillón que se encontraba a pocos centímetros de la mujer.
—Me dijeron que quería hablar conmigo.
La mujer rubia asintió despacio. Respiró con lentitud sintiendo el dolor recorrer todo su cuerpo.
—Cuando supe de ti no podía creerlo. Era como un sueño hecho realidad.
La joven se removió de nuevo.
—¿Tiene alguna idea de porqué les pasó esto?
La mujer la miró de nuevo. Sonrió con ternura, su mirada se quedó fija en el rostro de la pelirroja por unos segundos que se sintieron como una eternidad. Theresa carraspeó queriendo llamarla de regreso a la realidad. Era como si aquella mujer se hubiera perdido en sus recuerdos, unos que ahora parecían muy lejanos.
—Tus padres estarían muy orgullosos al ver que su hija es igual de fuerte que ellos.
—¿Qué relación tienen ustedes en todo esto, señora Horandelle?
—Yeager...
Theresa entreabrió los labios en una lucha por controlar su reacción. Se recordó a gritos que no podía perder la cabeza.
—Mi nombre es Esmeralda Yeager. Horandelle solo era un apellido para resguardarme a mi y a mi familia. —suspiró —Noah ya debería saberlo.
La joven arrugó ligeramente el gesto.
—¿Porqué debería saberlo Noah?
—Escucha, mi niña. Hay muchas cosas que debes saber.
—Me gustaría que me lo diga de una vez. Hay muchas cosas que no comprendo. Y ahora usted me dice que es una Yeager. No... No comprendo nada. Usted me llamó Alicia.
Ella sonrió, Theresa sintió un horrible nudo en su estómago. Aquello no le iba a gustar. Ya lo sabía. Era como su punzada.
—Por que eres idéntica a ella.
—Usted la conoció.
—Más que eso, corazón... —el hecho de que Esmeralda usara apelativos cariñosos hacía que su estómago se revolviera. No estaba segura de lo que pasaría a continuación —Era mi hermana.
El aire abandonó el cuerpo de la joven. De repente tenía una horrenda sensación de haber sido golpeada en el estómago.
—Pero... No comprendo... Mi madre...
—No aparece en la base de datos que tiene algún familiar. —Theresa asintió varias veces — Lo hacen para preservar la seguridad de los soldados y para salvaguardar tu mundo. No puede haber relación con los soldados y los mundanos, Tessa. Habría un caos si el mundo se entera de la existencia del tuyo.
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Si me amas... Adorarás a mis hermanos. (1)
Teen FictionRecuerdo a mamá abrochar mi cinturón de seguridad con las manos temblando, asustada. No comprendía que era lo que estaba pasando. Papá entra en el carro y mamá igual, ella es la copiloto, papá maneja a toda velocidad. Miró a mamá que me mira. - Pase...