Jonathan miraba a Isabella como si estuviera loca. Ella se encogió de hombros algo nerviosa, la mirada que le daba era una estricta e inflexible. No la miraba como era habitual. No la miraba con cariño o rastro de diversión.
—¿Cómo y en qué momento se te ocurrió hacer esta locura?
Isabella abrió la boca, nada salió de ella, ni siquiera un susurro.
—Tuve pesadillas... —fue lo único que pudo decir.
—¿Y eso ocasionó buscar tu pasado?
La pelirroja cerró los ojos suspirando con pesadez.
—No lo entenderías, Jace. Vi a mis padres morir... —dijo como si aquello fuera peligroso. —Lo recuerdo... Sueño con... Un niño que corre detrás de mi, hablando sobre algunas pruebas de aptitud y un programa... —frunció el entrecejo —¿Acaso tu no querrías saber lo qué pasó?
La fina línea en los labios del rubio se relajó un poco.
—¿La casa hogar te dio la información?
Isabella asintió despacio.
—Pero como te das cuenta, la información no está completa. Están borrando algo para ocultar la verdad.
El joven miró la pantalla de la computadora de la chica.
—Y tú sabes algo... Lo sé.
Christopher comenzó a teclear algo en la computadora de Isabella, esta frunció el entrecejo queriendo saber lo que pasaba, pasados unos segundos, el rubio se levantó apagando el monitor por si sus hermanos entraban, que no pudieran ver nada.
—¿Qué hiciste?
Él pasó sus manos por sus rodillas sintiéndose extrañamente nervioso.
—Encripté los datos. Ni siquiera Tyler o Harry podrían decodificarlo.
Isabella frunció el entrecejo.
—Jace yo...
—Conocí a tus padres cuando era pequeño. Y a ti. No cuando teníamos siete. Tu eras una bola de carne rosada con mechones rubios, como tu padre, con dos años de edad. Yo tenía cuatro.
Isabella se quedó quieta en su lugar. Miró cómo el rubio miraba a un punto en específico y a la nada a la vez.
—Las pruebas de aptitud que recuerdas, son pruebas basadas en neurosimuladores. Son para identificar que tan fuerte eres y clasificarte. Algunos iniciados hacen la prueba a los siete... Pero por lo que me enteré, fuiste la iniciada que la pasó con cinco años... La iniciada más joven.
—Pero... Es imposible, a los cinco me adoptaron...
—Como sabes, cumples años a finales de año. Lo qué pasó después, fue a mediados. Por eso pasaste la prueba. Con tu resultado asustaste y amenazaste a muchas personas, Theresa... —su cuerpo entero se estremeció al escucharlo mencionar su nombre real —Eres la más peligrosa. Y tu familia la más fuerte.
—No lo entiendo. —parpadeó varias veces. —¿Peligrosa de que?
Jonathan suspiró y levantó por primera vez la mirada.
—Tess... —la respiración de la chica se agitó —Lo que te diré es muy importante. No puedes decírselo a nadie.
—¿Qué pasa Jace?
El rubio se quedó en silencio meditando que palabras debía de elegir para contarle la verdad.
—No pertenecemos a este mundo. —dijo con cuidado, esperando no asustarla.
ESTÁS LEYENDO
Si me amas... Adorarás a mis hermanos. (1)
Teen FictionRecuerdo a mamá abrochar mi cinturón de seguridad con las manos temblando, asustada. No comprendía que era lo que estaba pasando. Papá entra en el carro y mamá igual, ella es la copiloto, papá maneja a toda velocidad. Miró a mamá que me mira. - Pase...