Si me amas... Adorarás a mis hermanos. (1)

Miedo.

Theresa...

Mi verdadero nombre es Theresa Ackerman... Y Nací el 18 de Septiembre.

Ese es mi verdadero cumpleaños... No un día antes...

Y soy... Idéntica a mi madre... Ahora lo se. Ahora tengo esa certeza.

Mi verdadero nombre es Theresa... No Isabella...

Theresa...

Esa es mi verdadera persona...

¿Eh estado fingiendo todo este tiempo sin saberlo?

Saber mi nombre real, al menos es algo que me tranquiliza.

—¿Adonde fuiste después de que te permitieran salir?

La pelirroja levantó la mirada. Salió de sus clavilaciones y parpadeó varias veces regresando a la realidad.

—¿Ah?

—¿A donde fuiste después?

—A investigar mi pasado. —dijo sin más.

Milie bufó entre risas.

—Ya en serio, dime la verdad.

<<Diles la verdad...>>

Y no te van a creer...

La estupidez de los humanos era algo que divertía a Theresa. No estaba insultando a su amiga, pero era de esperarse que no le creyera si le decía la verdad.

Eso era algo que utilizaba a su favor.

—Estaba en las gradas viendo a idiotas correr tras un balón como si de cachorros se trataran. —se encogió de hombros finalmente.

Milie la miró con la curiosidad desbordando en su mirada.

— ¿Y...?

— ¿Qué?

— ¿Qué hiciste?

—¿Que crees que iba a hacer? Burlarme de su desgracia cada vez que se caían o fallaban un gol.

Su amiga negó con la cabeza con diversión.

—En fin. —agitó la mano quitándole importancia para cambiar de tema —Llevas días con lo de los clones y nos me has dicho en que quieres que te ayude.

Milie asintió varias veces con la cabeza.

— Ah, si, eso. — asintió — Pues necesito que me ayudes para tener una cita doble con Larry. No se, invita a Jace si quieres.

— ¡Ni creas que voy a invitar a ese... Chico! — negó rotundamente. — Pídeme algo más, pero no voy a salir con él.

— Por favor Bella, puedes decirle, no se, a quien tú quieras, no puedo salir así como así con Larry, ¿Y si meto la pata? Por favor... — juntó las manos en ruego.

La pelirroja la miró detenidamente por unos minutos. Después, suspiró con dramatismo.

— De acuerdo, ten por seguro que saldrán, —bufó— pero no iré con Jace. No hay manera alguna de que lo haga.

— ¡Gracias! — chilló de emoción.

—Si me pides una cita, puedo aceptar.

Isabella se tensó al escuchar al rubio. Se giró a él de inmediato. Barry venía detrás de él.

—¿Te han dicho que eres un metiche de lo peor? —encaró una ceja con los brazos cruzados.

—Oh... —se burló con descaro —Mira que me han dicho de muchas formas, pero nunca Metiche.