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(Pov. Jimin)

Yoon, ¿Cuando iremos? — pregunté con calma, pues sabía que últimamente el embarazo le estaba poniendo muy sensible, cuando no lloraba, reía sin parar o terminaba molesto.

Lo ví asomarse por la puerta de la cocina, se suponía que hoy le tocaba a él preparar la comida pero, conociendole sabía que su platillo estrella era fideos — Ahora no, Minnie — respondió de manera cortante.

Suspiré, sabía perfectamente que iba a evadir el tema, no lo culpo, sus padres la primera y última vez que les ví no se comportaron y terminaron dañando a su hijo, tal vez más de lo que ya lo estaba.

Pero, también eran mis suegros y por mucho que ellos pensaran muy diferente a mí, quería que siguieran siendo parte de la vida de YoonGi, porque se que aunque él lo niegue, sus padres le hacen falta.

Caminé hasta la cocina y me senté en la barra, YoonGi me daba la espalda mientras terminaba de preparar la comida, sabía que ya me había visto entrar pero, me estaba esquivando — Yoon, ya lo habíamos hablado y quedamos en que lo haríamos juntos — le dije intentando sonar tranquilo — ¿Que ha cambiado ahora? — pregunté.

Un suspiro salió de sus labios — Te he dicho que ahora no, Jimin — respondió y pude notar la frustración en su voz.

Sabía que no estaba de humor, honestamente lo que menos deseaba en ese momento era discutir con él pero, sí seguíamos así iba a ser imposible evitarlo, sus cambios emocionales realmente me estaban volviendo loco.

Me levanté de donde estaba sentado, respire profundo — Come tú, yo iré al despacho — le dije intentando calmarle.

Les dije que sus cambios emocionales estaban realmente a flor de piel, pues no esperaba que aventara una zanahoria para golpearme y se soltará a llorar.

Camine a dónde estaba, le abrace — ¿Que sucede, Yoon? Hasta ayer estabas feliz y querías que te consintiera y hoy, no sé que te pasa — le comenté.

Su llanto era doloroso pero, necesitaba saber que ocurrida, que había cambiado o que había pasado para que se sintiera tan mal — No quiero verles porque tengo miedo pero, quiero verles porque les extraño — respondió y negó — Esto no tiene sentido.

Besé su cabeza y acaricie sus cabellos oscuros — Tarde o temprano debemos enfrentarlos, sí ellos no quieren entenderlo, te prometo Yoonie que no volvemos hasta que tú lo desees — respondí.

Lo voy a pensar, Minnie — respondió con un hilo de voz — Y perdón por hablarte así pero, creo estoy muy sensible — me dijo y se sonrojo.

Fue imposible, aunque deseara estar molesto con él no podía, no era su culpa, desde un principio sabía que el embarazo traería consigo muchos cambios hormonales y emocionales, así que le besé, lento y suave, disfrutando de sus labios delgados que me volvían loco con un simple roce.

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¡Park Jimin! Sí tú te atreves a salir por esa puerta sin mí, te juro que te dejo — advirtió molesto.

¿Quieren saber cómo llegamos a esto? Bien, les contaré un poco, era un viernes hermoso, el clima era perfecto para salir y tomar algo, le había dicho a Yoon que iría rápido al despacho para terminar unos asuntos y volvería lo más pronto por él para salir un rato.

¿Donde esta el problema? El problema fue que mientras yo me duchaba, para poder irme, mi precioso novio se le ocurrió que era una excelente idea responder cuando mi celular sonó. ¿Quien diablos responde a números desconocidos o sin registrar? Solamente Yoon, resulta que era Suran, mi ex mejor amiga, la chica que efectivamente le hizo tanto daño a nuestra relación.

¿Quieren saber que dijo? "Jiminnie, soy Suran, he venido a Seúl, hay cosas que debemos hablar, estaré en el café donde te ví la última vez hasta las 4, te estaré esperando" ¡Grave error! Mi precioso Yoonie, teniendo seis meses de embarazo, sus hormonas y sentimentalismo está a flor de piel.

¡Les juró que yo no sabía! Yo en verdad pensaba ir al bufete, claro está que después de esa absurda llamada, me ha estado peleando porque no vaya, a no ser que vaya él conmigo.

Yoon, cariño, mientras más tarde en irme, más tarde vamos a salir — repetí por milésima vez.

Te lo advierto Park, tú te vas y cuando vuelvas no me encuentras aquí — volvió a amenazar.

Suspiré cansado, la situación me estaba cansando — Anda rápido a ducharte, irás conmigo — ví la victoria en su rostro — Te advierto que voy a tardar mínimo dos horas, así que si te aburres no será mi culpa — le dije.

Mi novio asintió emocionado pero, al momento volvió a ponerse serio — Me llevaré tu celular, confío en tí, no en ella — respondió y sonrió nuevamente — No tardó, bebé.

Y sí, así de locos y raros eran sus cambios emocionales, lo ví caminar al cuarto y perderse, suspiré, en serio le amaba y no volvería a cometer las mismas tonterías que antes y comprendia algunas cosas por lo alborotadas que pudieran estar sus hormonas pero, con lo del embarazo se volvió aún más celoso que antes.

¡Deja de ser un bebé! (Jimsu) [WATTYS 2019]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora