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(Min YoonGi)

La vista en Daegu era preciosa, tal y como recordaba años atrás, jamás me he sentido fuera de lugar en mi ciudad natal pero, sí encontré mi destino y mi libertad en Seúl.

Mamá siempre supo que yo no era como cualquier otro chico, sabía perfectamente que yo había sido concebido como un milagro de la madre luna, pues mamá batallo mucho para poder quedar en cinta, siempre he visto mi ser como una forma de recompensar el milagro que le hicieron a mi madre de poder concebir.

Siempre he sentido que el darme a mí la dicha de poder concebir vida dentro de mi cuerpo, es algo grandioso y mi madre lo sabía perfectamente pero, también se empeño en ocultarlo por años, haciéndome sentir una desgracia y decepción para mí familia.

Los primero años de mi niñez fueron normales, como los de cualquier niño de mi edad, hasta que cumplí los 12 años y mi desarrollo trajo consigo cambios, cambios que mi madre no esperaba y que al final solo reafirmaron mi idea de que yo quería ser una persona libre de poder amar a quien yo quisiera sin importar sexo, religión o raza.

Algo en lo que mis padres siempre fueron muy estrictos y rectos, cuando los cambios en mi se hicieron notorios mamá intento disimularlos, comprandome ropa más ancha, lo que jamás pudo disimular fue que mis facciones siempre fueron más finas y eso fue un problemas por años, hasta que acepte ir con ella a misa todos los domingos, ocultando día con día quien era verdaderamente.

Hasta que me fui de casa, llegar a Seúl con los sueños y sentimientos destrozados fue difícil, logré instalarme en un pequeños departamento e ingresar a la facultad de derecho y fue ahí, donde lo conocí, a Jimin, mi Jimin, ese chico que sin saberlo iba a darle la vuelta a mi mundo y convertirse en mi salvación, mi más grande amor y la persona que me enseñaría a ser libre, a amarme a mí mismo y no temer más, no esconderme nunca más.

¿En qué piensas amor? — la dulce voz de Minnie resonó — ¿Estás bien? — volvió a preguntar.

Asentí — Contigo a mi lado, lo estoy — le respondí y sonreí — Solo pensaba en lo tanto que ha cambiado mi vida, desde que me fui de aquí — me sincere.

¿Seguro estás bien? — preguntó mirándome con cautela — Sí sientes que aún no es el momento, podemos dejarlo, no quiero que te presiones bebé — me dijo y me sonrió tan bonito.

Debemos hacerlo Minnie — le respondí — Tú lo dijiste, tarde o temprano debemos afrontarlo y muy en el fondo sí quiero que sean parte de mi vida — le confesé.

Lo sé Yoonie — me dijo y beso mi cabeza — disfrutemos este día, ya mañana el destino dirá sí mis suegros van a ser parte de la vida de nuestro hijo o hija.

Asentí, tenía razón, no debía mortificarme al menos por hoy, ya sería mañana cuando por fin vería a mis padres, aquellos a los que sin importar cuanto me hubieran lastimado les amaba.



Cada paso que daba, mis piernas parecían querer fallar, mi respiración aumentaba y las manos me sudaban, lo único que no me hacía caer era el agarre que tenía Jimin sobre mi mano.

De cierta manera me transmitía fuerza, valor para afrontar lo que viniera, Minnie se mostraba sereno como de costumbre, no dejaba ver si estaba nervioso como yo o más, solo me transmitía tranquilidad o al menos lo intentaba.

Faltaba cerca de una cuadra para llegar a mi casa donde vivi mi infancia, una cuadra separaba a mis padres de mí, una cuadra era la que ponía distancia entre saber algo que podía dolerme o hacerme feliz.

Caminamos tranquilos, cuanto más tardará en llegar mejor, sentí el agarre de Minnie intensificarse y me sonrió, intentando darme ánimo, pues frente a nosotros estaba la casa, esa misma casa que por cinco años no había visitado.

¿Estás listo? — preguntó Jimin prestandome atención.

No — respondí sincero — Siento que esto no va a salir bien — le confesé.

¿Nos vamos? — me preguntó tranquilo con una sonrisa.

No — le dije y suspiré — Hagámoslo de una vez, pasé lo que pasé, ¿Seguiremos juntos, no? — le pregunté.

Siempre, somos uno — me respondió.

Me dejó un beso en la cabeza y sonrió, tomo mi mano y entonces paso, tocó el timbre dos veces.
Detrás de la puerta se escuchó ruido y voces, mi pulso aumento y la puerta fue abierta.

Ma... mamá — saludé entre mi manojo de nervios.

Aquí está el capítulo que les prometí ❤️

Ahora sí, nos leemos el día de mañana nuevamente.👑

¿Quien quieren que narre el próximo capítulo?

Jimin ❤️

YoonGi 💜

¡Deja de ser un bebé! (Jimsu) [WATTYS 2019]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora