Capítulo 20

66 3 0
                                    

Narra Carlos:

Salgo de mi empanamiento y vuelvo al mundo real. Bajo las escaleras atropelladamente y alcanzo mi móvil, el cual deje sobre la mesa de la cocina al entrar. Llamo a mi pizzería de confianza y pido dos individuales: una cuatro quesos para Adriana y una barbacoa para mí. Dos días seguidos cenando pizza y no me canso. Me pregunto si alguna vez mi amor por la pizza tendrá límite o alguna comida conseguirá suplantarlo. Al poco escucho el agua de la ducha y comprendo que Adriana debe haber entrado ya. Ahora que lo pienso yo también debería ducharme, pero las pizzas estarán a poco de llegar así que espero viendo la tele a que Adriana baje para poder ducharme yo. A los 15 minutos baja con el pelo mojado y la ropa de mi hermana, que le queda como anillo al dedo, un poco cortos los pantalones eso sí, pero no voy a ser yo el que se lo diga.

-Carlos: ¿te importa quedarte aquí por si las pizzas vienen mientras me ducho? Te he dejado dinero en la mesa por si acaso.

-Adriana: por supuesto que no me importa, pero lo del dinero te lo podías haber ahorrado porque no pienso dejar que pagues nada habiéndome dejado tu casa y tu ducha y todo.

-Carlos: no Adriana ni se te ocurra.

-Adriana: sí se me ocurre, tómatelo como una disculpa por el enfado de antes -dice poniéndome cara de cachorillo-

-Carlos: voy a subir a ducharme y como vengas las pizzas y ese dinero este encima de la mesa, el que se va a enfadar voy a ser yo.

-Adriana: ya veremos ya.

Narra Adriana:

Llegan las pizzas al poco de meterse Carlos al baño, abro y le pago al chico haciendo caso omiso a la petición de Carlos. No pienso invadir su casa, su ducha y la ropa de su hermana y encima dejar que pague él la cena.

Las dejo en la cocina y las parto. Pongo la mesa con lo imprescindible aunque me mareo intentando buscar las cosas en esta casa ya que no se dónde está nada. Enseguida baja Carlos y ve la situación. Su cara es entre sorpresa, agrado y enfado diría yo.

-Carlos: si no te conociera diría que me has hecho caso y has pagado con lo que te he dado, pero te conozco y se que no.

-Adriana: pues me conoces bien.

-Carlos: eres una cabezona, pero muchas gracias.

-Adriana: no es nada, encima de que te invado la casa, debería de darte las gracias yo.

-Carlos: ¿buscamos una serie o una peli?

-Adriana: vale, ¿ves la casa de papel?

-Carlos: ¿estás de coña? Me flipa la serie.

-Adriana: por favor dime que no has visto la tercera temporada y podemos verla juntos -digo poniendo las manos a modo de súplica-

-Carlos: SIII!! estaba esperando a alguien a quien le gustara para poder verla.

-Adriana: ¿pues a que esperas? Enchufa yaaa.

Cenamos mientras que vemos la serie y charlamos animadamente sobre lo que va ocurriendo. Al acabar las pizzas nos trasladamos al sofá para estar más cómodos y sin saber cómo, caemos en los brazos de Morfeo en menos tiempo del que esperaba. No se si es la emoción de las vacaciones o que no he parado en todo el día. Sólo se que me duermo apoyada en el pecho de Carlos y él también.

EfímerosWhere stories live. Discover now