Narra Adriana:
El día con Carlos pasó mucho más rápido de lo que me gustaría. No encuentro manera para agradecerle todas las molestias que se está tomando por mi. Nunca nadie lo había hecho siquiera. Se había tomado tan enserio el jueguecito este de las sorpresas que me hizo darme cuenta de la increíble persona que es. Nunca me había sentido tan querida y eso hizo que valorase mil veces más cada detalle.
Pasamos la tarde en el lago, dándonos algún que otro baño y hablando de cualquier tema mientras. Pero se nos hizo tarde y muy a nuestro pesar tuvimos que volver a casa. Hacía más de 24 horas que no pasaba por allí y me parecía hasta extraño. Cuando abrí la puerta me encontré a Alba y Julia en el sofá acurrucadas.
-Alba: por fín desaparecida, ¿qué tal tú noche con Carlos? -pregunta mirándome con cara pilla-
-Adriana: increíble, no me lo esperaba para nada.
-Julia: estás demasiado feliz, tienes cara de haber follado.
-Adriana: pues no lista -dije dándole un pequeño golpe en el hombro y acomodándome a su lado en el sofá-
-Alba: ¿nada de nada? ¿No me dirás que has dejado al pobre Carlos a dos velas con todas las molestias que se ha tomado?
-Adriana: mira que sois pesadas... Puede que nos liáramos unas cuantas veces pero sólo eso -dije, y una sonrisa de felicidad se instaló en mi rostro. Era inevitable cada vez que pensaba en todo lo acontecido en las últimas horas-
-Julia: madre mía quiero saber ya qué pasó -soltó con la misma ilusión que una niña pequeña con un juguete nuevo-
-Adriana: me llevó a cenar a un sitio precioso, y al salir me vendó los ojos y fuimos en coche hasta el hotel W, había reservado la zona de la azotea sólo para nosotros, con una piscina increíble, y además una habitación para pasar la noche.
-Alba: joder, yo también quiero que me hagan eso!!
-Adriana: no me extrañaría, fue precioso estar ahí, con las vistas que había desde la piscina de toda la ciudad.
-Julia: y la parte importante, ¿cuándo os besasteis?.
-Adriana: en la piscina, e incluso parecía que la cosa iba a más, pero decido pararlo, no me sentía preparada aún para hacer nada, necesito conocerle más. Aunque esta mañana me ha sorprendido aún más si cabía, ha madrugada para pedir que me subieran el desayuno a la habitación y mientras ha preparado un picnic. Hemos ido a un morados precioso, con acceso a un lago, y hemos comido y pasado la tarde allí -les conté- allí nos volvimos a besar, os juro que es indescriptible lo bien que besa ese hombre, si por mi fuera me habría quedado allí.
-Julia: pues todavía puedes, me acaba de llegar un mensaje de Miki, dice que sí queremos ir a cenar a su casa con los chicos e ir a una discoteca de aquí cerca después.
-Alba: ¡¡planazo!!
-Adriana: dile que sí, una oportunidad así no se desperdicia.
-Julia: listo, a prepararse entonces.
Subimos a la planta de arriba y nos vamos turnando, al sólo haber dos baños, empezamos a ducharnos Julia y yo, y dejamos a Alba para el final, siempre ha sido la más rápida de las tres. Salgo de la ducha antes que Julia y le cedo el testigo a Alba, mientras me voy a mi habitación a decidir qué me voy a poner. Tras mucho darle vueltas al armario me decido por una falda negra de polipiel con una pequeña raja en la parte de abajo y un bodie ajustado blanco. Me calzo mis sandalias de plataforma favoritas, los tacones para quien los quería, y marco los rizos naturales de mi pelo. Por último, el maquillaje. Unos ojos sutiles remarcando mis labios de un rojo intenso, para después echarlo al bolso por si tengo que retocarme.
Cuando salgo Julia está terminando y Alba también. Cinco minutos después estamos camino a casa de Miki, con unas altas expectativas de la noche que íbamos a vivir, sin saber que puede que no acabara como esperábamos...

YOU ARE READING
Efímeros
Dla nastolatkówNo hay nada más deseado por un adolescente que las vacaciones de verano. Pero cuando parece que la cosa no podía ir a mejor se presenta el que a simple vista parece el mejor y más interesante viaje de tu vida: dos meses en Barcelona con tus dos mejo...