Capítulo 74

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Narra Adriana:
Hoy estamos a 20 de agosto. Mañana, 21, es el cumpleaños de Alba. Por si os lo preguntais: sí, celebré mi cumpleaños con Carlos, pero en el hospital. En aquel entonces todavía no se había despertado y yo no pensaba alejarme de él ni aunque fuera mi día especial. También nos perdimos el concierto de Billie al que me pensaba llevar, pero nada era más importante que su salud en aquel momento. Cuando salió los chicos se lo contaron y me hizo una sorpresa especial a los pocos días. Me dijo que no era justo que me quedara sin cumpleaños por su culpa. Qué ingenuo. No sabe que haría lo que fuera porque estuviera bien y me daría igual sacrificar lo que fuera.
De todos modos, ahora lo importante es el cumpleaños de Alba, esta noche los chic
os van a dormir en casa porque mañana vamos a ir a celebrarlo todos juntos. Por supuesto Joan le ha preparado una sorpresa especial que todos sabemos menos ella para la cual nos ha pedido que le dejemos nuestra casa sola. Ya sabéis lo que quería, ¿verdad? Por eso Julia, Miki, Carlos y yo vamos a ir a pasar la noche a casa de Carlos. Es decir, que yo también voy a aprovechar la ocasión con Carlos, desde que salió del hospital no hemos hecho nada y le he echado de menos, en todos los sentidos.
A lo que iba, son las nueve de la noche y hemos vuelto a pedir pizzas para cenar. Os juro que he comido más pizza este verano que en toda mi vida. Va a tener que venir una grúa a sacarme de Barcelona, aunque parte de la culpa de esto la tiene Carlos, es su comida favorita y tiene un don especial para hacer conmigo lo que quiere.
Cenamos y nos disponemos a ver una película, la más aburrida del mundo por cierto, prueba de ello es que a la media hora me estoy quedando dormida encima de Carlos.
-Carlos: ¿te aburres princesa? -pregunta haciendo que abra los ojos de golpe. Miro y veo que tanto Julia como Miki se han quedado fritos y Joan y Alba van por el mismo camino.-
-Adriana: sí, aunque ahora me has desvelado -admito rascandome los ojos del sueño-
-Carlos: ¿quieres que subamos arriba tú y yo? -pregunta mientras siento como su mano acaricia mi muslo, subiendo hacia zona peligrosa, haciendo que abra los ojos definitivamente del todo-
-Adriana: Carlos...no juegues con fuego.
-Carlos: ¿por qué? -susurra en mi oído, haciendo que me estremezca y se me ponga la piel de gallina. Él lo nota, así que se dedica a dejar suaves besos por mi cuello hasta llegar a mi oreja. Muerde el lóbulo de ésta y ahora sí que sí no puedo controlarme.-
-Adriana: tú lo has querido - suelto levantándome de golpe del sofá y agarrando su mano con fuerza. Subimos las escaleras  a trompicones y una vez que llegamos a la habitación cierro la puerta sin demorarme un segundo más. -

EfímerosWhere stories live. Discover now