Capítulo 77

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Narra Alba:
Después de escuchar atentamente lo que me dijo mi madre salí por la puerta del bajo que había alquilado tras despedirme y darles las gracias a todos mil veces por la sorpresa. Fuera localizo a Joan apoyado en el coche. Ya está prácticamente de noche así que la única luz que me permite ver un poco su cara es la del móvil que se le refleja. Aún así, sigue siendo la persona más sexy que conozco.
-Alba: no me había dado ni cuenta de que habías desaparecido hasta que me lo ha dicho mi madre -digo haciendo que se percatara de mi presencia y guarde el teléfono en el bolsillo-
-Joan: ¿tan poco me echabas de menos mi vida? -pregunta abrazándome y dejando un tierno beso en mi cabeza-
-Alba: a ti te echaré de menos siempre -aprieto aún más mi agarre alrededor de él. Es increíble lo mucho que he podido llegar a quererle, aún me sigue fascinando la capacidad de algunas personas de calar hondo en los demás. A la vida hay que darle tiempo pero él no lo ha necesitado. Se ha ganado cada rincón de mi ser y ha empleado cada segundo de mi tiempo en cosas que han merecido la pena. Acabemos como acabemos siempre tendré uno de los mejores recuerdos de mi vida junto a él.
-Joan: espero que te haya gustado la sorpresa y que estés lista para la siguiente.
-Alba: contigo siempre
-Joan: adelante señorita - dice abriendo la puerta del coche para que me siente. Obedezco y poco tiempo después de empezar el trayecto empiezo a reconocer el camino. Esta ciudad es tan grande que aún habiendo estado casi dos meses no he conseguido orientarme en ella todo lo que me gustaría. Sin embargo, el camino que nos lleva a la playa si que lo reconozco, ha sido mi sitio favorito de este verano y el que más hemos visitado por excelencia. Aparca el coche en el primer sitio que encontramos y bajamos. La brisa azota mi cara y debo de reconocer que es una de mis sensaciones favoritas. Bajamos a la arena y tras quitarnos los zapatos y andar un poco veo como en medio de esta hay una tienda de campaña bastante grande clavada. Enfrente la típica manta de mandalas que siempre he querido tener y que nunca me atrevía a comprar.
-Joan: un pajarito me dijo que una de las cosas que más te gusta hacer en verano es dormir en la playa. Y bueno, este verano todavía no lo habíamos hecho y no podía dejar que te fueras sin pasar al menos una noche aquí.
-Alba: ¡¡me encanta!! Cómo lo echaba de menos, no se por qué no os he dicho de hacerlo ningún día.
-Joan: no importa, me pareció el día y el momento perfecto para hacerlo y así poder pasar un poco de tiempo tú y yo solos.
-Alba: pues no esperemos más.
Y así fue como pasé una de las mejores noches de mi vida, después de un día casi inmejorable, con mi familia y unos amigos que no podía ser más afortunada de tener, que se habían preocupado porque yo tuviera un cumpleaños de lo más bonito posible cuando Adriana, por ejemplo, lo había pasado en el hospital con Carlos. Recordadme que para el suyo el año que viene le haga una sorpresa aún mayor que esta porque se la merece. Con Joan todo era inmejorable también, no podría haber encontrado a nadie que fuera mejor que él en todos los sentidos de la palabra. Había bastado un verano para calarme hasta las trancas y no querer desprenderme de él. No se lo que el futuro nos depararía pero tengo la certeza de que a él le desearía siempre lo mejor. Todos ellos se lo merecen en realidad.
Estuve en vela casi toda la noche, el insomnio era por felicidad pura y fue por eso que me dio igual amanecer al día siguiente con unas ojeras de aquí al suelo si fue por esa noche. A veces hace falta sentarse con uno mismo y reflexionar, intentar encauzar tu vida. Creo que es lo único que puede mantenernos a flote.
Joan dormía plácidamente a mi lado y creo que fue por eso que al final me quedé dormida abrazada a él, escuchando el sonido de las olas de fondo. Que bonito final para uno de los mejores días de mi vida.

EfímerosWhere stories live. Discover now