Capítulo 78

27 0 0
                                    

Narra Adriana:
Hoy, día 29 de agosto, quedan solamente 5 días para que nuestra estancia en Barcelona acabe, para nuestra tristeza y decepción. Dentro de 5 días acaban las que podría decir, y no me quedo corta, una de las mejores vacaciones de mi vida sino la mejor. Viajar y descubrir sitios nuevos es muy bonito. Y Alba, Julia y yo, aparte de eso, habíamos disfrutado de esos sitios nuevos con una personas inmejorables, que no sólo se habían conformado con conocernos sino que se habían tomado la licencia de calar tan hondo en nosotras y entrar a formar parte de nuestra vida tan de golpe que a las tres se nos estaba haciendo la tarea más difícil del mundo pensar qué pasaría ahora con nosotras sin ellos. Es muy jodido despedirse de un amigo pero es peor aún cuando ese amigo se ha convertido en la persona con la que quieres pasar el resto de tu vida. Porque sí, a eso habíamos llegado, al menos yo. Ya no se qué haría sin despertarme al lado de Carlos cada mañana, sin sus besos en mi hombro cada vez que sabía que me estaba haciendo la dormida y quería que me despertara para estar con él. Ya no sé qué haría sin ir a la playa o a la pisicna con él y tragar litros y litros de agua por su culpa cada vez que me capuzaba, y como yo intentaba capuzarlo a él y no conseguía moverlo ni un centímetro del suelo. Ya no se qué haría sin las mil veces que me pide perdón cuando no para de picarme y yo me "enfado" con él. Al final siempre encontraba la manera de que lo perdonara, de que quisiera volver a esos brazos que tanto me habían arropado y abrazado hasta cansarse. No se cómo lo hacía, pero lo hacía. Yo que siempre fui hielo, me derretían las ganas de él.

Nuestros padres han pasado con nosotros todos estos días, aunque se volverían el mismo día que nosotras. La gracia fue el momento en el que mi madre conoció a Carlos, en el cumpleaños de Alba. Juraría que nunca he llegado a verlo tan tímido y cohibido por la vergüenza. Ingenuo, no se hacía a la idea de que a mi madre le encantaría desde el primer momento, de eso estaba segura y no me equivocaba. Si ya los días con los chicos eran inigualables, cuando nos juntamos con las familias era todo más increíble aún. Que hayamos congeniado todos me pone muy feliz.
Pero como todas las cosas en esta vida, buenas y no tan buenas, se acaban. Y la distancia es uno de los peores inconvenientes para todo en esta vida (@carlosrightstorie y yo lo sabemos bien). Sin embargo, una de las cosas que he aprendido del gran positivismo de Carlos es que las cosas que se quieren no se olvidan ni se tiran de repente. Sonará topiquísimo pero si hay amor no hay distancia ni tiempo que valga. Yo era una experta en no creer en esos tópicos hasta que llegó él, igual que dicen que hay gente que no cree en el amor hasta que no llega la persona indicada. Pues ahora creo que esa persona adecuada, que llega sólo una vez en la vida, no sólo te enamora ni te enseña a creer en los tópicos, sino que además te rompe los esquemas y te hace ver todo desde una perspectiva diferente.  Y eso es lo que había hecho Carlos, y por eso precisamente es tan difícil sacarlo de mi vida ahora. Prácticamente imposible diría yo.
Qué has hecho conmigo, Carlitos.

EfímerosWhere stories live. Discover now