Dark Academia © LIBRO 1

Capítulo 06. Director Cowen.

Capítulo 06. Director Cowen.

"La mujer que lee almacena su belleza para la vejez" – Frida Khalo

Arthur y yo nos alejamos al instante.

— ¿Interrumpo? —Jack cierra la puerta tras de él entrando con las manos en los bolsillos.

Decir que me sentía incómoda era muy poco decir. Estaba avergonzada, tanto de la situación como de mi misma... ¿iba a besarlo en serio?

—Mm, yo... no es lo que crees... —comienzo a balbucear yendo hacia dónde tire mis cosas sintiendo como mis mejillas queman con pudor.

—La niña estudiosa anda aprendiendo nuevos movimientos ¿no? —Me mira con la burla brillando en sus ojos rayados.

—Jack déjala, solo estábamos bailando. —Arthur habla deteniendo la música y tomando su mochila.

—Vaya manera de bailar. —se mofa Jack. —La señora Ainsworth había estado preguntando por Leatherwood, la riña con Galia fue una excusa perfecta para saltar clases. —bajo mi rostro.

Tirarme piedras dolería menos.

— ¿Riña? —pregunta Arthur a lo que no puedo evitar mirar mal a Jack.

—Ya sabes cómo son las chicas. —Jack se encoge de hombros retándome con la mirada.

Suspiro y decido pasar de largo.

—Hil... —Arthur me llama justo cuando tomo la manija de la puerta.

—Déjalo, por favor. —digo sin voltear a verlo.

Salgo de la habitación y me dirijo hacia la biblioteca, queriendo y rezando no encontrarme con alguien que conozca.

Suficiente he tenido por hoy, por la semana, ¡por los últimos años!

Suspiro al ver solo caras extrañas, caras que se dirigen hacia mí con mucho que analizar. Me dedico a pasar de todos y voy hacia la sesión superior, subiendo cada escalón con más ganas de llorar que el anterior.

No llevo aquí mucho tiempo, pero ya han pasado muchas cosas innecesarias. Discutir con Galia, Nicholas viendo más de mi cuerpo que nadie en la vida, llegando tarde a casi todas mis clases y el casi beso con Arthur... ¿acaso estaban apostando por quien me enloquecería más rápido?

Maldición, esto es más difícil de lo que llegue a pensar.

Comienzo a divagar buscando algo que leer, algo que me haga sumergir en un espeso mundo metal donde pueda sentirme a salvo aunque sea por unas horas.

Un libro de tapa negra y letras escarlata llama mi atención.

El Caos.

Lo saco de la estantería y me dirijo al asiento más alejado, sentándome sobre y dejando la mochila y el saco a un lado. Está algo polvoriento así que lo sacudo un poco y lo abro percibiendo el inconfundible olor a libro viejo.

Aquí voy.

El caos es lo impredecible según los científicos, pero es más que desorden en el mundo, el caos es el origen de todo, la explosión del universo chocando entre ellos abriendo miles de posibilidades entre el cosmos y es caos, las dos caras de la moneda.

El cosmos es perfecto, un sistema perfectamente diseñado para hacer el mundo funcionar y el caos amenaza el orden de este, pidiendo alteración del sistema. El caos es una magia que...