Capítulo 20. El círculo de las cinco puntas.

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Capítulo 20. El círculo de las cinco puntas.

No puedes ocultar tus secretos y mentiras

La luz me ciega por un momento, pero poco a poco me acostumbro a ella. Estoy en la enfermería, de nuevo. Lo segundo que noto es que mis padres y mi hermana están aquí, parados frente a mí, estáticos. Tan quietos como yo lo estuve.

¿Fue en un sueño? No.

¿Cómo lo sé? Acacia está aquí y no en el "campamento".

—Hil... —Catalina es la primera en salir del trance, caminando hacia mí lentamente con la vista cansada. — ¿Cómo te siente, cariño? —se sienta a mi lado tomando mi mano. Estoy helada y ella igual. Abro la boca para hablar, pero me cuesta.

—Creo, creo que, me deben, una ex, explicación. —digo con dificultad al sentir mi garganta seca, incluso duele.

Mi madre adoptiva suspira y cierra los ojos. Harry se acerca y coloca sus manos sobre los hombros de Catalina. Me mira y luego de examinar mi rostro me regala una pequeña sonrisa.

—Por supuesto que sí, linda. —contesta y me sirve un vaso de agua, lo tomo entre mis manos y luego bebo un sorbo cuando me ayuda a acomodarme mejor.

Acacia me mira, abre sus labios pero las palabras no salen. Suspira y se da vuelta saliendo de la gran sala.

Mi madre suspira y retira un mechón de mi rostro para llevarlo detrás de mí oreja. Mi cabello parecía siempre obtener atención.

—Prométeme que.

—No. —niego enderezándome. —No, no prometeré, nada. Necesito, necesito la verdad. No más, mentiras. No más secretos.

Catalina asiente regalándome una sonrisa forzada, lo sé cuándo sus ojos chocolate no brillan.

—Cuando me dijeron que no podía tener hijos fue una de las cosas más desgarradoras que pude haber sentido. Quería formar una familia más que nada. Quería ser madre, cargar a un bebe entre mis brazos y darle toda mi atención. —respira profundo. —No estábamos seguros de estar listos cuando llegaron a nosotros, ya que nos habíamos dado por vencidos y no teníamos mucha esperanza de lograrlo. Pero cuando vi a ambas niñas pequeñas de hermosos y tristes ojos decidí que quería tenerlas en mi vida.

—Eso no es lo que... —Papá me da una mirada suplicante y guardo silencio.

—Yo sabía que había algo especial con ustedes, pero no sabía que era... no hasta que Linnette Allen nos dijo de dónde venían. —saca una cadena de oro del bolsillo de su abrigo. —Tú y Acacia son descendientes de una familia muy importante aquí en After Flames, curiosamente, una de las familias fundadoras del pueblo. —me tiende la cadena y la tomo entre mis dedos.

Es una pequeña pluma de plata, en la parte trasera tiene "Carrie" grabada junto con la doble s.

—Yo soy...

—Tú y tu hermana pertenecen a After Flames. Pero con tan solo meses de haber nacido Acacia sus padres se fueron a Manchester. No lo recuerdas porque estabas muy pequeña... Nunca les dijimos que conocimos a algunos de sus parientes. —Levanto la vista hacia ella rápidamente. —Linnette los había contactado antes de que se hiciera oficial que serían nuestras hijas. —Mamá guarda silencio, así que papá decide seguir.

—Queríamos saber antes si ellos no querrían quedarse con ustedes. Ellos aseguraron que lo mejor sería que tú y Acacia se alejaran por seguridad, estaban convencidos de que el accidente en realidad no fue un accidente.

El aire me falta por unos segundos. Esto es demasiado.

—Respira hija. —Me dice Catalina sonriéndome levemente. —Eso nos había preocupado. Entonces decidieron contar parte de su historia, así como lo que sería su vida al cumplir los dieciséis años. Comenzarían a experimentar cambios.

Dark Academia © LIBRO 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora