Capítulo 37. Las Apariencias Engañan.

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Capítulo 37. Las Apariencias Engañan.

Diez días para la iniciación.


A pesar de estar somnolienta, noto como Jack Allen me carga entre sus brazos y me lleva a mi habitación con Galia siguiéndonos. Entre los dos me acomodan sobre mi cama y sonrío un poco.

—Ya se volvió loca. —masculla Jack.

—Jack... tienes... sentimientos.

Galia se carcajea y me arropa.

—Descansa, el golpe en la cabeza te hace delirar. —ambas reímos pero aun así caigo rendida.

Mas sin embargo, aunque mi cuerpo se relaja escucho poco de lo que ocurre a mi alrededor.

— ¿No podemos leer el diario? —inquiere Arthur.

—Está protegido, solo la sangre de Hilarie podrá abrirlo —habla Linnette. —... Aun no entiendo porque Acacia no posee el mismo poder.

—Seguro la pequeña Leatherwood tendrá otro propósito. —comenta Jack. —Tiene el don de la visión.

—Eso he notado. —contesta su madre. —Hable con O'Brien. Esta más que complacida de recibirnos.

— ¿Sabe por qué vamos?

—Lo intuye, Jacques.

—A pesar de que no sea algo importante... —interrumpe Galia. —La situación con Arthur está pasando desapercibida.

Un jadeo logro escuchar.

—El lobo de Arthur...

—No. —contesta el francés. —Y él no quiere decírselo, y si Bailey no lo ha hecho es porque no ha surgido el momento.

—Por todos los dioses. —Linnette replica molesta. — ¿Pero y ustedes por que no hablan con él? Galia, hazlo entrar en razón.

— ¿Y crees que no lo he hecho? Linnette, Arthur esta cegado por la devoción que le tiene a Hilarie. No entiende, no escucha, no razona.

—Esto le hará más daño a ambos.

—Shh... —Galia parece advertir cuando gimo removiéndome. —Mejor hablamos de esto en casa.

—Vale. —acceden los otros.

¿Arthur dónde está? ¿Qué tiene que ver su lobo conmigo? ¿Acacia es vidente?


§


Cuando despierto no recuerdo mucho, solo que parte del poder que hay en mí ser ha explotado, lo recuerdo más vívidamente cuando salgo de la habitación y me encuentro a Galia arreglando las ventanas.

—Pero si es la niña durmiente. —ruedo los ojos. — ¿Mejor?

Suspiro y asiento.

—Siento un leve alivio.

—Tu magia tiene más de una década dormida, ya era tiempo de despertarla.

Me abrazo a mí misma no muy de acuerdo.

Ella termina y examina mi postura, suspira y me hace frente.

—Sé que le temes a lo que habita en ti, pero no puedes dejar que el miedo te paralice.

— ¿Cómo lo haces?

—Aceptando lo que soy. —contesta orgullosa. —No pelees contra lo que eres, porque tarde o temprano te alcanzara.

Dark Academia © LIBRO 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora