Capítulo 29. Animal espiritual.

674 74 6
                                    

Capítulo 29. Animal espiritual.

¿Podía sostener esta paz en mis manos por más tiempo?

Estoy somnolienta mientras mi cuerpo descansa al costado de Arthur sobre la cama mientras sus manos acarician mi cabello. Debería estar preocupada con todo lo que está pasando afuera de esta habitación. Personas me querían muerta. Pero en cambio prefiero quedarme en esta ilusión.

— ¿Por qué no duermes? —Me pregunta cuando levanto mis dedos y trazo figuras en su abdomen. Aun no puedo creer como su herida cicatrizo tan rápido, no hay rastros de nada.

—Mm...

Levanto la mirada hacia él y una sonrisa me recibe.

— ¿Hay algún hechizo para detener el tiempo?

El ríe atrayéndome a su pecho.

—Existen los congelados temporales, tendrías que pedírselo a Bailey o a Galia. —me rio y el igual. —Pero detener el tiempo para siempre... imposible.

—Vaya decepción.

—Huir de los problemas nunca es la solución. —musita.

Suspiro.

—Lo sé. —Trazo sus cejas pobladas. —Pero me gustaría poder tener un poco de tranquilidad menos efímera. —El suspira.

—Lamento no poder darte eso. —Hace una mueca. Niego alzándome y le doy un beso.

—Nada de esto es tu culpa.

—Debí ser honesto contigo desde el principio. —suspira. —Decirte lo que conllevaba. Fue muy hipócrita de mi parte cuando me había molestado tanto con Clarke.

Hago una mueca.

No pondría la mano en el fuego por Grainger, pero... algo me niega creerme que haya sido él. No ganaba nada, no cuadra la situación.

Pero no quiero discutir con Arthur, después de todo en su versión hay razones suficientes para creer que si fue Clarke.

—Creo que lo mejor en este momento es aceptar que aunque sean criaturas, también hay algo de humanidad en ustedes. Y todos los humanos cometemos errores.

—Tú no eres solo una humana. —me recuerda, casi sonando aborrecido.

—Lo soy y siempre lo seré. —digo alzando el mentón.

El hace una mueca. Quiere contradecirme. Pero no hay manera de que renuncie a mi vida de mortal como si nada. El baile me mostro de lo que puedo ser parte, pero aun así no es suficiente.

Las palabras de su padre resuenan en mi cabeza. Él dijo que la oscuridad podía reclamarme.

— ¿Qué pasara cuando cierre el circulo y la maldad en mi sea más grande que yo misma? —inquiero.

— ¿Quién te metió esa idea en la cabeza? —se endereza tensionado.

Ruedo los ojos.

—No respondiste mi pregunta. —suspiro reposando mi cabeza sobre la almohada.

—No eres como los paganos, eres un ser de luz. —niega. —No necesitas escuchar la mierda de Dominic y sus súbditos. No eres una peste.

—Tu amigo parecía muy convencido. —el rueda los ojos.

—Dominic tiene problemas como todos, las academias preparan a las criaturas, pero la academia Allerton es diferente al quedarse con los dañados, por ello hay personas de todo el mundo. —resopla. —No viene al caso, pero mejor mantente alejada de él.

Dark Academia © LIBRO 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora