Epílogo

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Mi corazón late con fuerza, mis manos sudan y siento como la luna pide mucha de mi energía. Los dioses no me habían abandonado cuando invoque un eclipse durante la batalla y como recompensa, debía purgar mi cuerpo en un ritual de tres horas sumergida en agua de manantial, sales del mar irlandés, leche de cabra, rosas y miel de abejas.

Asiento cuando ya estoy lista.

Tomo las manos de mis damas de pacto y las puertas dobles se abren, la habitación está a oscuras pero a cada paso que damos la flama se enciende en cada vela de cada rincón en las cuatro paredes. El baño de la torre brillaba en todo su esplendor.

Acacia y Galia me despojan de mis ropas, me ayudan a entrar a la tina, dibujan el círculo de las cinco puntas en mi pecho y luego se retiran de la habitación dejándome sola.

Telepáticamente escucho su oración.

Que los dioses te protejan y la diosa Hereje te bendiga. La doncella, la madre y la anciana.

Chasqueo mis dedos y las velas se encienden sobre el borde de la bañera. Me recuesto sobre el borde de la tina y admiro como la luna nueva de diciembre me da la bienvenida. Miro mis uñas degradadas en negro, un pequeño precio por haber usado la magia negra.

A las doce en punto los cambios empezarían, y me dolerían debido a que los Herejes necesitamos mucha más fuerza que el resto.

Era más que oficial, era una bruja, era un demonio, era una híbrida, era una Hereje. La primera Hereje con cuatro genes conjugados, la tercera hija. La única sobreviviente del eclipse.

La magia de bruja me dejaba cambiar de forma, la magia de druida me permitía sanar y entenderme mejor con la naturaleza y conmigo misma, la magia demoníaca me daba el poder de usar la mente en grandes rangos, además de poder entrar y salir de Ydiel cuando quiera junto a poder del caos. Y por último, la magia ancestral que me permitía comunicarme con los dioses. Pertenezco a todos los mundos.

Había vivido toda mi vida huyendo, fingiendo que nada pasaba, pero a la vez tratando de entender que estaba mal conmigo. Las sombras me perseguían, y aunque no todas querían herirme otras lo intentaron.

Al final, todo lo que debía hacer era aceptarme.

Ya no era humana, al menos no física y mentalmente, pero seguía siendo yo. Solo que un poco más poderosa y peligrosa.

Recuerdo cuando Bailey me llamó triple P. Poderosa, peligrosa y preciosa.

Sonrío ante mi reflejo en el espejo a mí costado. Mis ojos se tornan blancos, al igual que algunos mechones en mi cabello. La tina se ilumina y mi carne igual, soy como una llama corpórea.

Esta soy yo, Carrigan Nicollette Byrne Frangipane. Un nombre que muchos pensaron jamás volver a escuchar pero que ha renacido de entre sus cenizas.

No solo escogí ser una criatura, no solo escogí luz y oscuridad. Demonio y ángel por igual... Escogí mi verdad. Esto apenas comienza.


§


Al momento, en alguna parte de Nueva York.

Entro a la bañera y me hundo en el agua. Y justo cuando son las 10pm en punto siento una punzada en mi corazón tan fuerte que me encorvo hacia adelante gimiendo de dolor.

—Demonios... —mascullo.

— ¿Nathan? ¿Estás bien? —pregunta mi hermano desde afuera.

No puedo hablar. El dolor es tan agudo que parece reventar todo dentro de mí acalambrando todos mis músculos.

—Agh. —resoplo intentando recuperarme. Rowan entra corriendo al baño rompiendo la cerradura. Toca mi piel mojada y comienza a aliviar mi dolor gracias a sus dones.

Doy largas respiración cuando el dolor disminuye.

El agua comienza a teñirse de dorado, ambos nos quedamos quietos mirando, y frente a mi veo a una chica, como un espectro, borrosa. Levanta la vista y siento que vuelvo a quedar sin aire.

— ¿Quién eres? —inquiero maravillado.

Ella no dice nada, solo eleva levemente sus delgadas comisuras. El brillo gris en el iris de sus ojos me hipnotiza, nunca había visto tal color.

—Es ella, Nate. —me dice Rowan. —Es el extremo de tu hilo, tu compañera.

Y como si fuera poco, una cuerda se extiende entre nosotros. Es dorado, brillante y delgado. Se ata a mi dedo meñique en mi mano izquierda.

—Tenemos que encontrarla. —aclaro.

¿Quién eres hermosa criatura?


El final, es sólo el comienzo.

Dark Academia © LIBRO 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora