Capítulo 09. Noches Lluviosas.

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Capítulo 09. Noches Lluviosas.


Me alejo de Clarke como puedo y suelto con la vergüenza quemando mis mejillas.

―Esto está mal. ―bajo la mirada hacia el agua.

―Hil, yo...

―Debo irme. ―Me salgo del salvavidas por completo y nado como puedo yendo hacia la plataforma de madera. Me impulso para subir con mi ropa colgando y pesando por culpa del agua.

Y aunque veo que Clarke tiene intenciones de seguirme, soy más rápida y me camuflo entre todos los cuerpos mojados ya sea en agua, alcohol o sudor.

Alcanzo a Nicholas, mientras asan pedazos de carne y beben de sus vasos de plástico o latas de cerveza. No puedo evitar sentirme asqueada ante la idea de solo ver los filetes sobre el fuego. Pobres animales.

Arthur y el amigo de Jack se comienzan a acercar.

―Hey, forastera. ―saluda Nicholas al verme. ―Pensé que ya te habías convertido en pez. ―Suelta pasándome una toalla. Le sonrío y me seco un poco el cabello empapado.

―Pues, decidí que vivir bajo el régimen de Tritón no sería lo mío. ―me encojo de hombros, mostrando un falso aire despreocupado. Porque en realidad, tenía el corazón acelerado y un sentimiento de ansiedad que comenzaba a taladrar mi cabeza.

Casi lo beso. Pero no lo hice.

¿Pero y si fuese pasado? Pero no paso.

¿Otro beso? No, no pasó nada.

¿Qué pasa con Arthur?

Volteo un poco el rostro y me fijo en la piel levemente sonrojada del susodicho. Usaba unos pantalones cortos y una sudadera azul marino con el cierre abierto, lo cual me dejaba ver su pecho al descubierto. Y cuando su mirada me encuentra, odio que sus ojos se encojan para analizarme, así que retiro mi vista de él y la llevo hacia Nicholas.

―Ah, forastera, él es Dominic Miracle. ―me presenta al chico castaño.

―Un gusto. ―me sonríe marcando hoyuelos sobre sus mejillas. Le sonrío como puedo.

―Hilarie. ―le digo antes de girarme al rubio. No me pierdo el hecho de que Arthur me está analizando.― ¿Has visto a Bailey? ―le entrego la toalla.

Él asiente hacia el frente y me giro sobre mis talones viendo a una rubia despeinada luciendo otro vestido suelto y una bolsa de papel que se lleva a los labios antes de gritar junto al resto mientras comienza mover su cuerpo en un sencillo vaivén al ritmo de la canción electrónica. El sonido choca contra mi pecho a medida que camino. Y cuando parece que nota mi presencia grita y corre hacia donde estoy yo, rodeándome con sus delgados brazos haciéndome cosquillas con su cabello.

― ¡Te pierdes la diversión tía!

Se separa de mí pasándome la bolsa, así dejándome ver el frasco de Jack Daniels con su olor fuerte casi quemando mis fosas nasales. Niego cuando con tan solo oler el líquido siento que me embriago.

Ella rueda los ojos, me limito a entregarle su botella.

―Necesito cambiarme. ―grito en medio de la multitud. Ella asiente y me toma de la mano dirigiéndome hacia el lugar de las carpas, saca una llave de su top, lo cual es bastante estúpido y gracioso, abre el pequeño candado sobre la cerradura.

Entramos y B se sienta sobre la mesa arrinconada, tomando otro trago de la bebida con su cabello dorado despeinado. Yo por mi parte voy hacia mi mochila sobre uno de los sacos. Tomo una camiseta de Queen que solía ser de mi padre y un short de pijama. La verdad dudaba salir de aquí. No quería verle la cara a ninguno de los chicos, y sospechaba que mi incomodidad alertaría a la lengua venenosa de Jack y la de su novia.

Dark Academia © LIBRO 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora