Capítulo 26. Criatura profana.

650 74 20
                                    

Capítulo 26. Criatura profana.


Las personas danzaban y miraba con una sonrisa a Acacia, lucia feliz y perfectamente cómoda. ¿Por qué yo no podía sentirme así?

Ella llamó este lugar su hogar, pero yo no sé si pueda sentirse así para mí. Me gusta, vamos, han pasado meses desde que no tenía que rogar a algún profesor para hacer sola mis tareas, fracasar en matemáticas y educación física y no tener más amigos que mi hermana.

Acá podía pintar, bailar, hablar y aprender lo que quisiera aprender. Pero no todo lo que brilla es oro, y este lugar por muy espectacular que parezca aun puedo sentir esa oscuridad en los pasillos solitarios, como la energía sucumbe en las noches y como este mundo me atrae y me empuja una y otra vez.

¿Por qué nuestros padres no nos dejaron recordarlo? No sé nada, no sé si alguna vez practique magia, si sabía algún hechizo, si podía cambiar de forma como Arthur lo hacía.

— ¿No crees que piensas demasiado? —ambos nos hallábamos sentados en una de las mesas decoradas con árboles pequeños de hojas naranjas.

—Tal vez. —contesto tocando una de las hojas, la cual brilla con mi toque en un lindo dorado.

—Bien. —Toma una de mis manos entre las suyas y me obliga a mirarlo. —Sé que no soy tu persona favorita. —Le sonrío con los labios sellados. —Pero al menos déjame ser tu amigo, dime que ocurre. No sueles estar callada por tanto tiempo.

— ¿Ah no?

—No. —Niega sonriendo también. —Siempre estas curiosa, y me sorprende que con fantasmas, runas y decoraciones extrañas para ti, no estés haciendo cuestionarios.

Suspiro.

—No sé quién soy. —Me encojo de hombros. —No sé a dónde pertenezco.

—Entonces descúbrelo.

— ¿Cómo? No sé por dónde empezar. —me suelto de su mano.

—Intenta unirte. Yo te ayudare hasta donde me dejes y más.

—Señorita Leatherwood, señor Cowen. —Volteo a ver a la profesora Ainsworth. — ¿Por qué no se unen al baile? Son parte de las lunas mayores, deben unirse.

— ¿Lunas mayores?

La señora Ainsworth nos sonríe y le da una mirada a Arthur antes de irse.

—Nos llaman así cuando estamos a finales de terminar el círculo o en la recta final para hacerlo. Ósea los dieciocho. En mi caso soy luna mayor de segundo grado porque ya he completado mi siclo.

—Nuevo dato a la lista. —Asiento mordiendo mi labio.

— ¿Qué dices? —Lo miro sin entender. — ¿Quieres bailar?

—No sé cómo se supone que deba hacerlo. —digo encogiéndome de hombros.

—Vamos, eres una excelente bailarina. —se levanta y me ofrece su mano. Muerdo mi mejilla interna mirándolo y no podía fingir que me gustaba la vista. Miro su mano y suspiro.

Él sonríe victorioso y yo lo codeo. ¿Estaba todo perdonado? No, pero ser amigos era lo mejor, llevar simplemente la fiesta en paz.

La pista de baile se despeja cuando Allerton se prepara y los chicos suben tras los instrumentos comenzando a tocar una hermosa y fuerte melodía indie alternativa.

Y es todo mi corazón. Pesado y medido por dentro.

Y es una vieja cicatriz. Tratando de blanquearlo.

Dark Academia © LIBRO 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora