Capítulo 38. Cenizas.

479 58 43
                                    


Capítulo 38. Cenizas.


Un par de horas antes...

Clarke

Estábamos más que jodidos.

Un demonio de truco o trato.

¿De dónde diablos salía tanta mierda...?

De verdad, solo quiero terminar el puto instituto e irme a Italia. Por lo menos allá habría playa, calor y lindas chicas.

Igual pobre Hilarie, que tendría que lidiar con este tipo de cosas durante toda su vida. He escuchado sobre los Herejes, la vida fácil no es una opción, su poder es como una linterna para las polillas... en este caso, para lo demoníaco.

Se ha desatado la tercera guerra mundial en nuestro mundo. Primero fue la ola de druidas, después la quema de brujas, los Adders y su revelación treinta años atrás... Ahora esto, que ni siquiera sé cómo diablos llamarlo.

Las mujeres en la familia dejaron muchos cabos sueltos.

Termino mi cigarrillo y tomó la espada respirando hondo.

—Vamos Grainger, no tenemos todo el día.

Le sacó el dedo del medio.

—Púdrete, Jones. No sabes si viviremos después de esto.

— ¡Que positivismo! —grita Bailey desde las gradas.

El campo estaba despejado mientras la rubia leía hechizos y nosotros entrenábamos. Al ser lobos no nos damos el lujo de solo atacar con las garras.

—No podrás atraparme con uno de esos Bailey—bromeo—, a menos que uses los pelos de tu linda amiga.

Bailey me lanza una bola de fuego que esquivo rápido. Sus ojos violetas me miran con furia. Nick se ríe.

—Practica cucaracha. —gruñe volviendo al libro. —Oh será tu amiguito el que desaparezca en consecuencia.

—Uh, ¿Grainger sin follar? Imposible. —se mofa Nick.

Alzo la espada contra él, y gracias a sus reflejos, choca contra la mía dejando un sonido agudo y fuerte.

—No eres ningún santo, Jones. —digo entre dientes.

Hace fuerza y despegamos las espadas. El choque de hierro comienza a retumbar cada vez más. Me golpea el costado y paso encima de él.

Él me sonríe.

—Nunca dije que fuera un... —La pelea empieza otra vez cuando hago la apertura.

El hierro chispea, comenzamos a sudar en el frio campo de la academia Allerton. Alzo la espada hacia él, el alza la suya hacia mi quedando atrapados otra vez.

—...Ángel. —suspira aleteando las pestañas imitando a Arthur.

Y me patea en el estómago quitándome la espada.

Soy lanzado al menos unos diez metros lejos, sin embargo me río.

—Te has pasado, cariño. —me quejo.

El golpe ha sido fuerte. En un movimiento rápido Jones llega a mí y me alza.

Bailey se ríe y baja las escaleras levitando.

—Busquemos al inocente. —dice la rubia. —Hay que sacar a Nessia de donde sea que la tengan.

Mi sonrisa se borra y asiento.

Dark Academia © LIBRO 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora