Capítulo 13. Los dulces de Clarke.
No puedes ser lo que no puedes ver —Spelman College 1959
— ¿Qué es el amor? —pregunta Arthur mientras acaricia mi cabello mientras estoy recostada sobre su pecho.
Estábamos tirados sobre el espeso césped, rodeados de árboles naranjas, flores. Mi vista va hacia la fuente cubierta de musgo con un cuervo reposado en la punta.
—No sé qué es el amor. —respondo jugando con mi mano y la suya.
—Sabes que estás enamorado cuando no quieres acostarte porque la realidad es por fin mejor que tus sueños. . —Recita del libro que estaba leyendo.
Yo suspiro y sonrío mirando hacia el frente, viendo como las nubes pasaban y algunos pájaros bailaban en el aire.
— ¿Te has enamorado alguna vez, Arthur?
—No creo mucho en el amor... —deja el lado su libro. —Siento que las personas en mi pasado han perjudicado mi juicio.
—Ellos no tienen la culpa.
— ¿Crees en el amor, Hil? —Evade mi respuesta. Yo sonrió negando.
—Creo en el destino... así que si el destino quiere hacerme esa pregunta, supongo que en futuro se responderá. —respondo girándome hacia él. El examina mi rostro con ternura, y retirando las hebras castañas y rebeldes de mi cabello se alza y me besa. Yo me acomodo sobre su regazo y me siento sobre él.
Sus besos eran como una gran granada de adrenalina y lujuria. Quería besarlo todo el tiempo. No sabía que era esto, si solo era atracción o algo más... Nunca había estado con alguien en mi vida, solo sabía lo que los libros decían y los filmes mostraban.
Siempre veía esas películas cursis y aunque me molestaba que siempre hubiese un romance en cada uno de ellos, también anhelaba muy en lo profundo de mí llegar a ser mirada como los protagonistas lo eran. Soñaba con tener algo real y duradero, mis padres eran unos buenos padres, su amor de pareja me hacía creer que solo los afortunados encuentran a su alma gemela.
Pero en mi antigua escuela, cualquier chico que se arcara llegaba con su aire coqueto pidiéndome algo que jamás podría darle una niña, recuerdo poco como era mi vida antes del accidente, sin embargo recuerdo a mi madre advirtiéndonos sobre los lobos que buscan su caperucita. Acacia por otra parte soñaba ser la presa de aquel monstruo.
Pero Arthur no se había acercado a mí para preguntarme si era soltera, para decirme que era linda o simplemente una mirada coqueta. Arthur solo apareció, me escucho y yo a él. Creo que eso es lo que nos ha unido, solo hablamos, nos reímos, nos entendemos y nos besamos. ¿Acaso eso era malo? Esperaba no ser quemada en el infierno por querer pasar tiempo con un chico que no me miraba como a un cuerpo diseñado solo para dar placer.
Todos estábamos dañados. Todos teníamos nuestros secretos, pero eso nos hacía encajar aún más; porque eso nos hacía alguien real.
§
La clase de arte estaba comenzando a hacerme cuestionar si la vida sexual era algo que la señora Ainsworth quería plasmar durante todo el año. Pero parecía solo molesto o inapropiado para mí, porque el resto de las personas aquí lucían bastante cómodas con el tema.
Mientras una chica llegaba tapada con una especie de sábana blanca y se sienta en un taburete en el medio de la habitación, yo trataba de idearme que pintaría sin ser demasiado explicita.
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Dark Academia © LIBRO 1
FantasyTrilogía Criaturas Oscuras. Dark Academia. Libro 1. " ¿Y que si escojo oscuridad en vez? " Vivir en After Flames nunca ha sido la meta de nadie, al menos nunca lo han deseado en voz alta o frente a las velas... pero After Flames tenía su propio enc...