Capítulo 24. Sangre Pura.

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Capítulo 24. Sangre Pura.


Día de Samhain

Unos ojos amarillos me persiguen mientras corro por el bosque, mis manos están llenas de sangre, mi corazón palpita con fuerza y el sudor corre por mi cien y mi espalda. Miro hacia atrás y solo es una silueta lo que identifico en medio de la oscuridad, sus ojos amarillos son lo único distinguible. Reprimo un grito y dirijo mi vista al frente tropezándome con una rama haciéndome caer.

Me duele el pecho, me arde con fuerza cada parte de mi piel. Escucho pisadas y reprimo las lágrimas. Cierro los ojos con fuerza mientras mi pecho sube y baja rápidamente. Escucho susurros cada vez haciéndose más altos, el viento golpea con fuerza contra mi cuerpo y justo esos ojos amarillos aparecen frente a mí.

¡Despierta!

Grito despertando de mi aparente pesadilla, mi cara está mojada, estoy empapada en sudor y apenas puedo respirar. Escucho un suspiro y me sobresalto cuando giro y los ojos azules de Bailey me miran preocupados.

— ¿Estas bien? No parabas de gritar y mover. —Me pasa una toalla. —Pensé que era una parálisis. —Suspira. —Casi llamo a. —Bailey es interrumpida por unos toques en la puerta que nos sobresaltan a ambas. Bailey maldice levantándose.

Me levanto de la cama y recojo mi cabello en una coleta desprolija antes de abrir la ventana. Bailey se queja tomando su manta tapándose y va hacia la puerta. Fijo mi vista hacia la ventana viendo como el árbol afuera está quedándose cada vez más desnudo mientras las hojas naranjas se secan. Me dan escalofríos cuando el viento se cuela y pone miel de punta aún más cuando veo hacia el imponente bosque a oscuras.

—Se me van a caer los pezones por tu culpa. —Se queja abriendo la puerta haciendo que se cuele la luz del pasillo. Ruedo los ojos cerrando la ventana cuando creo que ya es suficiente.

— ¿Están bien? —Me giro viendo tres chicos con cabello despeinado y cara de cansancio.

Sonrío viendo el pijama de gatitos de Nicholas. Pantalón de algodón azul con una camiseta y un gran gato con una raqueta de tenis.

—Hola gatito. —digo mordiéndome el labio para no reírme.

El muy idiota sonríe. Ni luciendo adorable dejaba de ser sexy. Por otra parte Clarke solo tiene su pantalón de chándal colgando de sus caderas y sin camiseta mostrando así su cuerpo ejercitado, no mucho, pero si lo suficiente dándome vista hacia su brazo donde descansan las dos líneas negras, justo al igual que Arthur, quien se mantiene detrás de los otros con su sencilla camiseta blanca y pantalón oscuro.

— ¿Qué pasa con ustedes? —Se queja Clarke entrando a la habitación.

—Claro, pasa. —Bailey rueda los ojos y vuelve a su cama, Nicholas se encoge de hombros y se sienta a mi lado cuando caigo sobre mi cama. Arthur por su parte se queda recostado bajo el umbral de la puerta.

— ¿Quién gritaba? No me digan que era un orgasmo lésbico. —Sonríe Clarke luciendo emocionado. Le lanzo mi almohada y se ríe atrapándola. —De ser así, agradezco haber ser despertado.

—No seas idiota. —Le digo.

Clarke se ríe.

—No tienes de qué avergonzarte, dulzura. Tal vez no te gusto probar del lápiz y ahora vas por las tijeras. —Lo miro alarmada.

—Ya que todos están bien. —Arthur aclara su garganta. Parece que quiere decir algo, pero quito mi mirada de él y parece que eso es suficiente porque se va cerrando la puerta a su paso.

Dark Academia © LIBRO 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora