Capítulo 25. La noche de las criaturas.
Quiero sentirme viva, afuera puedo ocultar mi miedo
Me quedo estática viendo como Arthur sale furioso de la habitación.
—Fue mala idea siquiera hablar con el hoy. —suspira el director sentándose en uno de los muebles.
—Seguirá siendo duro por un tiempo... —responde la profesora. —Yo los miro sin entender. —La madre de Arthur murió un 31 de octubre. —me dice acercándose a mi hablándome casi en susurro.
¿Era entonces eso lo que tenía a Arthur tan borde? Los últimos días parecía muy molesto con el mundo, egoístamente pensé que se trataba de mí.
—No quiero pedirte algo Hilarie, pero. —Interrumpo al señor Cowen.
—Hablare con él. —salgo de la habitación.
No puedo justificar el comportamiento de Arthur, pero puedo entender el dolor que siente.
Perdió a su madre y le siguió el infierno que su padre lo hizo pasar tras hundirse en la desgracia. Admiro de cierto modo como el señor Cowen pudo salir de esa oscuridad y que ahora siga con su vida, pero eso no significa que hay que perdonarle todo. No lo conozco, no sé qué tan grave fue, pero sé que no fue algo fácil para ninguno de los dos.
Escucho como algunas personas lo saludan pero él solo pasa de ellos esquivando y aumentando el paso casi corriendo.
Yo por mi parte intento alcanzarlo pero quedo estática sobre el césped en cuanto salgo al exterior. El cuerpo de Arthur tiembla casi convulsionando hasta que su ropa se desgarra cuando se arrodilla aferrando sus manos a las livianas hojas. Veo como su cuerpo comienza a cambiar, su columna parece elevarse y quebrarse. Mi pecho se oprime ante cada cosa que veo. Todo pasa en unos segundos, pero parecen horas de tortura. El pelaje comienza a crecer alrededor de su piel y sus dientes caen al suelo cubiertos de sangre. Al final cae en cuatro patas convirtiéndose en un enorme animal de pelaje negro. Se ha convertido en un gran lobo.
Lo miro correr hacia el bosque donde lo pierdo de vista. Estoy batallando contra la idea de perseguirlo o correr lo más lejos posible de él.
Frunzo las cejas y muerdo mi labio. No sé qué hacer, debería estar dentro de la biblioteca leyendo algún libro de ciencia ficción, no viviéndola. Esto se pone cada vez peor. ¿Qué sigue? Caer dentro de un agujero y entrar en un mundo paralelo tal vez. Bueno, tal vez hablar con un conejo y tomar el té estaría muchísimo mejor.
Mis pies parecen haber tomado la decisión por mí y comienzo a caminar hacia el bosque. Mi corazón late normalmente y eso me sorprende, miro a mí alrededor viendo los altos troncos de los árboles, camino sobre las hojas secas y siento la brisa chocar contra mí de vez en cuando. No escucho a Arthur, todo está en silencio a excepción de mis pisadas.
Sigo caminando y el frio incrementa increíblemente. Me abrazo a mí misma y al suspirar visualizando mi respiración en el aire. Escucho pisadas cuando me detengo y ahora si puedo sentir miedo.
Mala idea.
— ¿Arthur? —Pregunto volteando.
Mi oído se agudiza y escucho a algunos pájaros. Pero me doy cuenta que no son simples aves, son cuervos. Esto me está poniendo increíblemente nerviosa. Comienzo a caminar con rapidez sin ninguna dirección. Ya no veo el castillo, todo luce igual y nada familiar.
Mierda, ¿Qué he hecho?
Corro y corro intentando mirar donde piso, mirar a los alrededor y buscar algún punto de referencia que me recuerde a la vez que vine para el campamento. Escucho lo que parecen gritos y mi respiración se corta en cuanto un cuervo cae frente a mí. Lo miro atónita, este no es como cualquier cuervo de plumas y ojos negros. Es más grande, sus ojos marrones me observan ladeando la cabeza y luego muestra su pecho pintado de negro, azul, morado, verde y azul. Los colores de la academia llegan a mí y con mucho valor camino acercándome hacia él.
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Dark Academia © LIBRO 1
FantasyTrilogía Criaturas Oscuras. Dark Academia. Libro 1. " ¿Y que si escojo oscuridad en vez? " Vivir en After Flames nunca ha sido la meta de nadie, al menos nunca lo han deseado en voz alta o frente a las velas... pero After Flames tenía su propio enc...