4. El Chico de Consuelo•|JeannethTl

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Título: El chico de consuelo.
Autor: JeannethTl
Categoría: Historia corta.
Género: Romance BL.
Advertencia: Esta historia involucra amorío ente hombres.
Tema: Poema "Todo se parece a ti".
Cantidad de palabras: 3788.

Mis oídos ya no quisieron escuchar, mira, soy yo quien te amó tontamente, que estúpido final

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Mis oídos ya no quisieron escuchar, mira, soy yo quien te amó tontamente, que estúpido final. Charlemos tranquilamente, sobre aquella noche en el café, esa noche en la que me prometiste mil cosas; incluso si tratará de mirarte a los ojos, no podría, sé que caería como un perro mimado a tus pies, sin embargo aquella última noche, te miré entre la oscuridad de aquel descuidado motel y murmuré:

—Eras la última luz de esperanza que me llevó al futuro, sin embargo, también fuiste la oscuridad que apagó su brillo.

Un joven, caminaba deprimido por las desoladas calles, el sol parecía querer danzar con la luna antes de darle el paso. La lluvia caía delicadamente, mojando con lentitud los hombros sobresalientes de Adagio, que no terminaban de ser cubiertos por el pequeño paraguas. Cansado de todo, simplemente decidió parar en un café, se detuvo indeciso por unos segundos en la puerta, sin embargo finalmente se decidió y simplemente cerró aquel pequeño paraguas disponiéndose a entrar; el lugar estaba medianamente vacío, el ambiente era cálido y el aroma era particularmente embriagante. Adagio simplemente se sentó en la mesa más alejada, una mujer llegó y con una voz cálida y amable, tranquilamente preguntó a Adagio lo que ordenaría, Adagio contestó amable y cuando la mujer se marchó, un hombre de una forma un tanto extraña se acercó a él y preguntó:

—¿Puedo sentarme contigo?

—¿Por qué te interesa algo como eso? —preguntó Adagio desconfiado—. ¿Acaso no hay más mesas disponibles?

—Sí, pero pareces estar muy solo, no juzgo si así deseas estar, sin embargo, me gustaría charlar un poco contigo —respondió el hombre amablemente.

—Si así desea, está bien —exclamó Adagio pesadamente—. Sin embargo, no prometo ser capaz de darle una conversación muy amena.

—Con el simple hecho de regalarme su compañía me hace feliz —contestó el hombre con una sonrisa para después sentarse.

La mujer vino de vuelta con el pedido de ambos, después de haberse quedado por unos segundos buscando al hombre. El hombre después de unos minutos de silencio, pidió otro café y tratando de sacar un tema de conversación con Adagio preguntó:

— ¿Vives cerca de aquí?

—No, solo caminaba y la encontré de camino —respondió Adagio—. ¿Y usted?

—Tampoco, pero mi trabajo queda a una calle de aquí, por lo que es un lugar que suelo visitar mucho —contestó el hombre amablemente—. ¿Y cuál es tu nombre?

—Adagio, ¿y el suyo? —preguntó mientras trataba de terminar su café.

—Que nombre más peculiar, es lindo y diferente, me gusta —exclamó el hombre sonriente —. Yo me llamó Kosui, es un gusto.

Los Talentos De StrawBayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora