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—Autor: DYMisfit —Categoría: Sueños —Género: Romance, FanFic —Advertencia: Muerte de un personaje. —Tema: Soñar con tu crush. — Pareja: HunSoo, KaiSoo —Cantidad de palabras: 4790
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Resumen:
El destino del ángel era cuidar del humano que habitaba su alma asignada. El destino del humano era nunca recordar la vida del alma. Ambos debían limitarse a los sueños ya que eran el único lugar donde KyungSoo recordaba a su adorado ángel.
Con el deseo de reconocer quien era SeHun para él, KyungSoo lo ha retratado en cada una de sus vidas pasadas, pero cuando el primer rayo de sol de la mañana aparecía, el resultado siempre era el mismo: su amado ángel era un desconocido ante sus ojos. Pero, ¿qué sucedería si el alma finalmente lograba que el humano lo recordase?
Las campanas sonaban salvajes en la cúspide de la iglesia, mientras el viento paseaba levantando las hojas del suelo y despojando a los árboles que aún vestían los colores del otoño a finales del mes de octubre. Haciendo saber a todos que el invierno se estaba acercando lentamente.
Un joven se hallaba apoyado en uno de los árboles de la plaza principal mientras intentaba mantener la temperatura de sus manos dándose calor con su boca y daba pequeños saltos en su lugar tratando de conservar el calor en su cuerpo.
—¿Dónde te has metido, ChanYeol? Estoy muriendo de frío —dijo, frotando sus manos enguantadas y observando ambos lados de la plaza esperando la llegada de su colega.
Por uno de los extremos de la plaza, la luz de las farolas marcaron la sombra de alguien acercándose hacia aquel lugar haciendo que el extraño de tapado color mostaza largara un suspiro aliviado y se acercara hacia allí sonriendo.
—Ya era hora de que llegases, Yeollie. He estado esperando una hora aprox... —comentó interrumpiéndose al tocar el hombro del otro sujeto, provocando que este se de la vuelta y lo observara extrañado.
No era a quien había estado esperando.
—¿Disculpa? —preguntó el joven vestido de negro—. Creo que te has equivocado de persona. —Sonrió divertido por la expresión de sorpresa del joven.
Sorprendido por la sensación de calidez en su pecho ante la sonrisa del pelinegro, balbuceó una disculpa y se alejó observando el suelo sin poder borrar aquella sonrisa de su mente. "Por favor, no" pensó. Perdido en aquella sensación tan familiar para él desde hace ya muchos años. Chocó contra otra persona y siguió su camino sin siquiera notar que, con quien se había topado, era a quien hacia horas estaba esperando.
