¡Detente ahí! Te atrapamos y sabemos muy bien que estás buscando buenas historias para deleitar tu vista y dejar volar tu imaginación. Déjanos decirte que llegaste al lugar indicado.
Nuestro grupo de escritores selectos están aquí dispuestos a quita...
Aquí nuestro segundo escrito, cada escrito esta basado en un trastorno o síndrome mental, se recuerda leer la ficha, por si el contenido no es de su entero gusto pasarlo o leerlo bajo su responsabilidad.
—Título: Los recuerdos de sus voces —Autor: CharlieMartnez4 —Categoría: original —Género: heterosexual —Advertencia: ninguna —Tema: Enfermedad mental: esquizofrenia —Pareja: No especificada. —Cantidad de palabras: 2382
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Un día más, un día más en este lugar frío y oscuro al que llamo habitación ¿Qué día era? No lo sé. No recuerdo qué pasó el día de ayer. No recuerdo que fue lo que hice. Estoy en mi habitación, solo... ¿o no? No, no quiero pensar en ello, no quiero que vuelvan a retumbar esos gritos en mi cabeza.
Cuando salgo de mi habitación noto que todo está muy tranquilo y puedo salir seguro. Mi madre no está y tampoco mi padre, mi hermano mayor creo que sí, pero es casi imposible que salga justo ahora. Camino hacia el patio y antes de salir veo una silueta detrás de la puerta, me paralizo y lo único que escapa de mi boca es el nombre de mi hermano.
— ¡CARLOS! ¡CARLOS! —En seguida siento como unas manos oprimen fuertemente mis brazos y logro salir de mi parálisis. Volteo y me encuentro a mi hermano con una expresión de preocupación en el rostro. Creo que espera que diga algo—. Lo vi, lo vi de nuevo. La silueta detrás de la puerta.
—Luis, te he dicho que no hay nadie allá afuera —Mi hermano siempre se molesta cuando...
—¿Por qué me aprietas así? Ya cesó la lluvia, aunque los perros ya no aullan.
—Luis...
—Suéltame, déjame ir. No quiero que me lastimes —me libero de las manos de mi hermano y corro a mi habitación. De repente empiezo a agitarme y eso me provoca un ataque de ansiedad, tengo mucho miedo, ¿por qué mi hermano me sostenía con tanta fuerza? ¿Quería hacerme daño? Vuelvo a sentir unas manos y me tiro al suelo agitando mis brazos para que me liberen.
—¡DÉJENME EN PAZ! ¡QUIERO ESTAR TRANQUILO!... —gritaba con tanta desesperación— ¡BASTA!
—LUIS, CALMA, estoy aquí...No pasa nada.
—Las manos... es el hombre de la silueta. Tú eres el hombre. Suéltame, déjame en paz —intento zafarme de su agarre, pero solo hace que me ponga más ansioso y reaccione con mayor agresividad.En seguida lo nota y me suelta, se me queda viendo y creo que dirá algo.
—De verdad no puedo Luis. Lo intento, te lo juro, de verdad que sí. Pero no sé como reaccionar o qué hacer cuando te pones así.
