3. Leviatán|CharlieMartnez4

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Título: Leviatán.
Autor: CharlieMartnez4
Categoría: original
Género: heterosexual
Advertencia: ninguna
Tema: Ángeles y Demonios.
Pareja: -
Cantidad de palabras: 1162.
—Mood: minlxy

—Deja el arma, es inútil ahora

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—Deja el arma, es inútil ahora. No tenemos que pelear más, se ha acabado, hemos vencido a la mayoría de los tuyos y si sigues luchando, tú, no serás una excepción — le dijo Amrail a Leviatán.

Tenemos rodeado al único demonio que me ha ayudado. Es raro, normalmente los demonios en cuanto ven a un ángel lo atacan o viceversa. Pero él no, él guardó su espada cuando me vio en aquella cueva herido por uno de ellos.

—Leviatán —le volvieron a gritar—. Deja el arma.
Lo pensó por un par de segundos más y dejó su posición de defensa y tiró la pistola al suelo. En seguida no dudaron en lanzarse contra él e inyectarle aquel suero que fabricamos para debilitarlos. Lo metemos al camión y nos vamos a nuestra zona segura. Cuando llegamos muchos se sorprenden porque hemos logrado atrapar a uno de los más fuertes.

—¿Cómo es que lo hicieron? —Me pregunta Uriel con sorpresa.

— Ni yo lo sé, amigo. Sólo se rindió.
Me alejo de él y voy al área de quirófano donde lo tienen por una herida de bala. Obviamente no puedo entrar, pero me permiten ver como es operado.
Ahora que lo pienso ¿por qué se rindió? Ese no era el plan.
El plan era solo ayudarnos a derrotar a los otros para que él tuviese mayor recompensa, pero no fue así, él se puso en esa situación y ahora está aquí, bajo nuestro poder. Todos sabemos que él quiere todo para él, pero ¿por qué da su vida?
De pronto veo como Leviatán abre sus ojos y me mira fijamente, ¡¿qué?! Eso no es posible, él no puede estar despierto.
De repente una mano toca mi hombro y me saca de ese pánico.

— ¿En qué piensas Miguel? Desde que llegaste te noté algo preocupado —me dice Amrail. Yo sin responder vuelvo a ver a Leviatán y tiene los ojos cerrados, me estoy volviendo loco. Volteo a ver a Amrail y sigue esperando una respuesta.

— Solo me preocupa que despierte y no podamos hacer algo.

—¿Qué ataque? Ja, Miguel, dudas de nuestra fuerza. Además, él solo es uno. Quizá falta algo más, pero no quieres decirme, sabes que puedes confiar en mí ¿verdad? —Me limito a asentir y vuelvo a ver a Leviatán.

Amrail suspira rendido, se queda parado un rato más y finalmente se va sin decir nada.
Después de que terminan de operar a Leviatán, lo llevan a una habitación de recuperación, y dos horas después yo intento meterme,  sin embargo me dicen que no puedo entrar, así que me invento alguna orden y me dejan pasar. Afortunadamente había pocos enfermeros en el área y Leviatán ya estaba despierto por lo cual decido acercarme de forma sigilosa y sin llamar tanto la atención.

—¿Por qué? —inquirí con un tono que solo él pueda escuchar.

—¿Por que, qué?

—¿Por qué te rendiste? Se supone que eres uno de los más poderosos, pudiste haber hecho algo más.

—No siempre tienes que luchar Miguel, hay veces en las que ese es el plan. ¿Recuerdas la vez que te encontré en aquella cueva herido? Yo, siendo uno de los príncipes, llamado envidia por los mortales... te ayudé.

— Lo sé, y no lo olvidaré. ¿Pero a qué viene eso?

—A que es tu turno de sacarme de aquí, o puedes quedarte y ver cómo todos te acusan de traición y ser desterrado.

—¿Qué? —digo casi pegando un grito.
Alzo la mirada y noto que en la camilla de a lado hay un enfermero de espaldas y en seguida se va.

—Corre tiempo Miguel. —Leviatán sabía que alguien nos estaba escuchando, ahora estoy metido en problemas y eso hace que me ponga nervioso.
Sin saber muy bien si sacar a Leviatán o correr detrás del enfermero, decido salir corriendo al pasillo principal. Donde noto que al fondo está él, hablando con un guardia. Quizá nota mi mirada y voltea, y cuando lo hace me señala con el dedo y el guardia sin pensarlo se dirige hacia mí. Tengo que sacar a Leviatán.
Corro nuevamente adentro y Leviatán (como si supiera lo que ocurre) ya está de pie sin el suero que lo debilita.

— Ya comprendí, este es tu plan.

— Yo sabía que no eras tonto, Miguel.

— Por aquí.

Empezamos a correr hacia una puerta de emergencias que había al fondo de la habitación. ¿Qué mierda estaba haciendo?
Bajamos por las escaleras dos pisos y salimos a la cafetería. Me detuve por un momento para ver que salida podíamos tomar cuando me cruzo con una mirada; Uriel. Por un segundo me miró confundido, pero en seguida se dio cuenta de que Leviatán estaba conmigo. No dudo en sacar su arma y apuntarnos.

—¡Miguel! ¿Qué rayos haces? —me gritaba mientras se iba acercando lentamente a mí—.  Sea lo que sea que te haya dicho, es mentira Miguel.

Mientras más se acercaba yo me bloqueaba más. Cuando volteé a ver a Leviatán noté como empezaba a tener fuerza nuevamente.

— A la derecha al fondo hay una salida. A las tres vamos a correr y vas abrir tus alas y nos protegerás —me susurró Leviatán.
De repente vemos como sale el guardia por la misma puerta por la que salimos y no tardó nada en sacar su arma y apuntarnos también.

Esto no puede estar pasando. ¿En que momento me metí en esto?
Leviatán en un movimiento increíblemente veloz golpea al guardia y logra noquearlo.

—¡TRES! —me grita Leviatán y en seguida empezamos a correr. Abro mis alas y siento como empiezan a dispararnos. Afortunadamente soy guerrero y mis alas no son como las de los demás.
Finalmente logramos salir pero cuando lo hacemos, hay más de cincuenta guerreros apuntándonos.

—Miguel, Leviatán, ríndanse —nos grita Amrail; quien está al frente de todos.
Acto seguido escucho un disparo que viene de detrás de mi. Volteo a ver a Leviatán, y efectivamente él acaba de disparar, vuelvo mi mirada al frente y veo como Amrail cae. Le ha... disparado en la frente.

—¡NOOO! —grito como nunca lo había hecho en mi vida. —¡Maldito!  —le grito a Leviatán pero sin voltear a verlo.
Vuelvo a escuchar otro disparo, y volteo hacia Leviatán, esta vez no tiene el arma arriba y solo ve mi pecho. Bajo la mirada y efectivamente veo como sale sangre de mi pecho. Caigo sobre mis rodillas y lo curioso es que no muero... aún puedo ver lo que sucede. Lo siguiente es que logro observar una sonrisa en Leviatán. De un momento a otro da un brinco y saca unas alas impresionantes. Empiezan a dispararle y las balas no le hacen nada, solo impactan contra su piel sin penetrarla. Y lo siguiente y último que veo es como hace una masacre y en cuestión de segundos, todos los que estaban apuntándonos estaban muertos.

¿Qué he hecho?, ¿en que metí a mis compañeros y amigos?, ¿traición?
Al final comprendí algo, que Leviatán dejó que los suyos murieran para que él tuviera más poder. Pero, ¿por qué matar a los míos? ¿Poder también?

Los Talentos De StrawBayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora