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—Título: Lazos. —Autor: Michilandivy —Categoría: Todo público. —Género: Juvenil. —Advertencia: Ninguna. —Tema: Sabes que algo se rompió cuando sientes que estás molestando a la persona con la que mejor podrías ser tú. —Pareja: Ninguna. —Cantidad de palabras: 1436. Mood: minlxy
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Lazos.
Mi vida era la mejor, o bueno, eso es lo que yo pensaba. La mejor en la escuela, con las mejores amigas y con el mejor novio. Pero cada día que pasaba la relación se iba haciendo monótona, mi novio ponía escusas, mis amigas se fueron separando.
Estaba sola, sola por completo. Cuando trataba de acércame de nuevo a alguien nada funcionaba, me sentía excluida y totalmente como una molestia, extrañaba esos momentos en donde podía sentarme con mis amigas, comer una manzana mientras ríes de tonterías y recuerdos del pasado; extraño el poder decirle a mi mejor amiga que debo de contarle algo y que ella me entienda. Extraño los besos de mi novio, sus palabras bonitas y ojos de amor.
Pero una vez que sacas tu verdadero yo y ves o sientes que todo se rompe poco a poco te das cuenta que nada es real, que no existe aquella fantasía en el mundo rosa de la felicidad, te das cuenta que todo está perdido, que no puedes confiar en alguien porque al final todos se terminan yendo. Que, aunque tu amor sea el más sincero no podrás encontrar uno igual.
Las mismas preguntas se repetían una y otra vez por mi cabeza: ¿qué fue lo que hice mal? ¿qué fue lo que cambio?
Me sentía como una nómada, al ir y venir de un grupo a grupo, buscando uno en donde pueda encajar, con sonrisas falsas y lágrimas ocultas. Pretendiendo ser alguien que no soy solo para que ese sentimiento de tristeza y soledad se vaya, y lo peor es que el sentimiento nunca se iba. Porque todos al menos una vez se han guardado sus sentimientos y sabemos que nada puede salir bien.
La solución a eso para mí llegó un 23 de agosto; o mejor dicho el golpe de realidad. Recuerdo el momento exacto, los pensamientos exactos, el sentir exacto.
Era una fiesta en la mañana tarde, empezó a las doce y decidí irme a las dos de la tarde, cuando me di cuenta que no encajaba ahí.
—¡Hola! ¿Cómo se la están pasando? —pregunté al primer grupo de personas que vi, los conocía desde hace tiempo, pero casi no hablamos.
—Bien, aunque la música no es la mejor —contestó una de ellos.
Le sonreí en respuesta, coincidía con ella, la música que sonaba en los altavoces no es la que yo solía escuchar la mayoría del tiempo, lo mío era algo más distinto. Pero aun así no menosprecio ese género.
Siguen en su plática, de la cual no entendía mucho, hablaban de una fiesta que sería más tarde de la cual no fui invitada, pero eso no fue lo que me afectó en ese momento, a lo lejos se encontraba el que se suponía era mi novio hablando con una chica, lo que me rompió fue sus miradas con coquetería y los roces de sus cuerpos.
