7. Un lobo Ancestral |ManuBu97

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Título: Un lobo Ancestral 
—Autor: ManuBu97
—Categoría: One shot
—Estado: Terminado
—Advertencia: ninguno
—Tema: Cuentos Caperucita Roja y el Lobo feroz 
—Pareja: No hay, pero personajes cercanos, Dago y Dalia
—Cantidad de palabras: 1897

—Título: Un lobo Ancestral —Autor: ManuBu97—Categoría: One shot—Estado: Terminado—Advertencia: ninguno—Tema: Cuentos Caperucita Roja y el Lobo feroz  —Pareja: No hay, pero personajes cercanos, Dago y Dalia—Cantidad de palabras: 1897

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Un lobo ancestral

Había una vez en el punto donde se unían tres reinos diferentes, un bosque encantado donde habitaba una bestia feroz, la cual ningún príncipe, héroe, aspirante héroe, o cualquier caballero había podido derrotar para tomar dominio, control  o librar dicho bosque. La bestia había habitado allí durante más de quinientos años en los cuales había sido el protector del bosque. Desde hace más de cien años que ningún intruso humano osaba entrar en su territorio, a veces entraban algunos otros ancestrales,  pero todos eran desterrados por este lobo feroz, y no solo por egoísmo, durante todos estos años lo único que demostraban traer su propia raza eran traiciones.

El lobo caminaba tranquilo durante el alba, era hora de su recorrido diario, en busca de algunas presas para comer. Mientras repasaba por los senderos llenos de maleza en busca de olores conocidos, nuevo, raros, por si lograba encontrar a alguien  irrumpiendo en su santuario. Visualizo un par de animales bastante deliciosos para él y se dispuso a cazarlos.

A pesar de vivir solo en aquel lugar el Lobo nunca se ha sentido solo, pero muy rara vez cada ciento veinte años si sentía la ausencia de Dalia, Dalia era una hada de la cual hace quinientos años no sabía nada, había tomado la decisión de exiliarse del mundo de los humanos y seres mágicos, para volver al bosque ancestral, las cosas más allá de una amistada entre ellos no habría funcionado, desde ese momento Dalia volvió al país de las hadas para nunca jamás volver a salir de allí ni encontrarse con el lobo feroz.

El lobo nunca había querido hacerles daño a los demás pero desde hace siglos antes de que los ancestrales comenzaran a ser cazados por los mortales y poco a poco fueran extinguiéndose algo en él había empezado a cambiar, tal vez fue el sentir la maldad que se apoderaba de aquellos “indefensos humanos” que más de una vez necesitaron de su ayuda para poder cumplir un sueño o una meta, lo cierto era que los humanos siempre tendrían esa pequeña maldad oculta entre sus corazones y la capacidad de traicionar a quien fuera solo por amor, honor o simple egoísmo. Él mismo presencio las primeras muertes de los primero ancestrales a causa de estos seres, odió desde lo más profundo de su corazón aquel día en que la princesa heredera del reino Arzur había convocado a una casta para que el caballero o hombre más valiente pudiera tomar su mano, exigió en su casta que la primera persona capaz de matar y traer la cabeza de uno de los osos que vivían al noroeste de su reino, sería con quien ella se comprometería y heredaría el reino de Arzur, ese mismo año, otras princesas de reinos lejanos habían optado por convocar castas de esa magnitud, y hasta el día de hoy aquellas costumbres terribles y despeadas seguían despiertas aunque cada vez iban en descenso gracias a los poco ancestrales que quedaban en el mundo.

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