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Las manos ajenas recorrían su cuerpo como si fuese de cristal, con mucho cuidado y haciéndole sentir placer.
BaekHyun solo podía tener los ojos cerrados fuertemente, su instinto virginal se lo pedía, debido a que si abría los ojos, iba a sentir mucha vergüenza del acto. Recibía dulces caricias que pasaban delicadamente por su torso una y otra vez, haciéndolo retorcerse al sentir esas yemas de dedos pasearse sin permiso en su pecho como pétalos de rosa.
—Aah… ChanYeol —gimió el nombre contrario mientras curvaba su espalda y se ponía rojo por el placer indescriptible, cerrando el puño en las sábanas de seda blancas de la gran habitación. Nunca la había visto en su vida.
ChanYeol, mientras tanto, estaba muy perdido en las facciones hermosas de BaekHyun, en los gestos de placer que hacía y los suaves gemidos que soltaba al tocarlo, era más que precioso a su vista.
No podía creer estar de ese modo con su mejor amigo, el que era prácticamente su hermano, no, se encontraban a punto de fornicar sin importar qué.
El más alto besaba el lechoso y delgado cuello que poseía BaekHyun, a la vez que torturaba sus tetillas con el dedo índice y pulgar, dejándolas rojas por no ser cuidadoso.
Un hilo de saliva corrió por la comisura de los labios de BaekHyun después de haber tenido un atrevido morreo con su mejor amigo, necesitaba más, su cuerpo quería todo de ChanYeol, aunque no fuese lo correcto.
Fue masturbado lentamente, cerrando las piernas y moviendo la pelvis para sentir mejor el contacto de aquella mano que le causaba un abrazador placer.
—BaekHyun… —susurró muy cerca de su oreja, chupando el lóbulo del de abajo, haciendo que temblara cuando soplaba.
—Baek… —dijo el sobrenombre muy pero muy fuera del acto— ¡BaekHyun, despierta! Y abrió los ojos como plato.
Reconoció su techo blanco con estrellas fosforito, bajando su mirada hasta toparse con la persona que importunó su sueño. Se sentó de golpe y tapó su entrepierna, sabiendo lo que trataba de ocultar.
—Por favor, BaekHyun, soy tu padre, somos los mejores amigos —le dijo su progenitor mientras se acercaba hasta quedar sentado en el colchón—. Así que, ¿alguien te trae loquito, no? Mira, ya estás grande así que es mejor hablar, hijo.
Sabía el tema que iba a tocar su padre en la conversación, poniéndolo de nervios porque lo menos que quería tener era “la charla” con su padre. Era vergonzoso para él tener que decirle cosas íntimas, no le parecía tener que compartir eso con su padre, solo con su papá.
—Y-yo no sé qué cosas dices —se levantó de la cama, tapando su entrepierna—, así que mejor baja a desayunar, que papá está esperando. Ya bajaré para irnos —se fue corriendo hacia el cuarto de baño y se encerró.
Su padre se echó a reír a carcajadas sonoras, entendía cómo se sentía BaekHyun cuando lo encontró con una erección mañanera, pero él lo tomaba de lo más normal porque era su hijo, que claramente amaba. Se retiró cerrando la puerta silenciosamente.
BaekHyun pudo darse cuenta de que su padre intentaba ser silencioso y sin éxito, algo que lo hizo reír en mente.
Se quitó la ropa, entrando a la regadera que soltaba agua realmente helada. La sensación en su cuerpo fue un escalofrío que le erizó los vellos y los pezones, aumentando su erección en vez de bajarla. A los minutos, pudo sentir algo de frío, que sí le alivió bastante para su bien.
Al salir, lo hizo en una toalla pequeña, cubriendo su esternón y muslos, no quería su padre volviera a encontrarlo y se forme una situación algo incómoda. Se sentó en la cama, estirando sus esbeltas piernas y cruzándolas, tomando el móvil para revisar las posibles notificaciones.
Tenía algunas del chat de la universidad, del taller de deportes, de la estilista cobrando el WiFi, LuHan preguntando si quería que le guardase un asiento a su lado y otro de ChanYeol…
Recordó el sueño que había tenido un rato atrás, haciéndole sonrojar de sobremanera. ¿Cómo soñar de esa manera con su mejor amigo? Se sentía un completo enfermo. Él soñando cosas indebidas mientas Yeol soñaba una amistad con lazos de hermandad.
Se auto-abofeteó, así eliminando cualquier pensamiento y duda al respecto. No debía de hacerlo, tenía que verlo de la misma forma en la que el alto de su amigo lo hacía. Pensaba que tal vez las hormonas le estaban haciendo una jugada sucia, en donde solo había visto a ChanYeol desnudo por la confianza que tenían y la costumbre. Sí, eso tenía que ser. También tenía un buen cuerpo, no era escuálido como él, un debilucho a su lado y… se auto-abofeteó otra vez.
Ignoró el mensaje de su mejor amigo, que consistía en un: “Hola, Hyung, ¿cómo estás? ¿hoy nos veremos?” con muchos corazones de por medio. Tiró su móvil lleno de batería a las almohadas. No quería verlo, no iba a poder mirarlo al rostro sin sentirse realmente mal. Para ser mayor que él, se comportaba como el menor.
Se levantó y buscó la muda que iba a llevar ese día, haciéndolo rápidamente para poder alcanzar tiempo a desayunar.
Se quitó la toalla del cuerpo, colocándose el bóxer de la manera más rápida, seguido por el pantalón negro algo ajustado, las zapatillas blancas, una la camiseta blanca también y una sudadera simple gris. Se miró al espejo, aprobando su vestimenta y roció un poco de colonia de limón a su ropa y cabeza, saliendo a buscar la mochila que seguro su papá le había arreglado ya.
Iba a comenzar su día e iba a olvidar ese sueño que tuvo, porque al fin de cuentas, era solo eso, un sueño que nunca sería real. Así que le contestó a ChanYeol un poco dubitativo, diciéndole que después de clases podían quedar.
La confusión gobernó su mente mientras desayunaba, culpando a ese sueño tan erróneo que había tenido. Ahora sí trataría de olvidarlo lo más que podía para estar tranquilo y no crearse ideas raras gracias a eso.
