9. Uñas|Toorx_Hxgakure

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×Titulo: Uñas

×Autor:  -Toorx_Hxgakure-

×Personajes: Dayana y Valery

×Categoria: Romance

×Genero: Yuri

×Advertencia: +18 (sexo)

×Tema: fetiche por las uñas.
×Mood:  minlxy
×Cantidad de palabras: 1000

No sabía que tenía, pero era obvio que algo pasaba con ella

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No sabía que tenía, pero era obvio que algo pasaba con ella.

Cada que veía a alguien pintarse las uñas, sentía una especie de excitación, y no, no sabía porqué.

Cada que su novia lo hacía, sentía su intimidad húmeda.

Cuando era invitada a pijamadas, y se les daba por conversar mientras se pintaban las uñas, sus bragas se mojaban medianamente.

No sabía qué pasaba con ella, tenía miedo de contarle alguien y que la vieran raro, tachando la de pervertida sexual. Y eso no le gustaría.

Tenía miedo de lo que el mundo dijera, que la tacharan de algo que no era.

A sus veinticuatro, eso sería un problema para su ascenso en el mundo de la escritura. Algo tan tonto como eso, sería suficiente para derrumbar todo por lo que se ha esforzado si los medios se enteraban, después de todo, estos eran quienes mandaban en el mundo celebre.

Pero, no podía ignorar esa sensación de placer al ver las uñas pintadas de alguien. Deseaba detenerlo, pero se le era imposible.

Era una obsesión con la que tendría que vivir todo lo que quedaba hasta la muerte.

(...)

—Cariño, ¿Sucede algo? —preguntó su novia, pintándose las uñas.

—¿UH? No, nada  —contestó, sintiendo fastidiar su intimidad.

—Parece todo lo contrario —habló, dejando el esmalte a un lado, para seguido acercarse a la mayor de estatura.

—Te juro que está bien, pero, ¿qué te parece si tenemos una ronda de sexo? Hace mucho que no lo hacemos  —dijo, al no saber qué hacer para calmar su excitación.

—V-vale, vamos a la cama. —Era cierto que hace mucho no tenían nada de cochinadas, por lo tanto, aceptó sabiendo que ella también estaba necesitando de su pareja en el ámbito sexual.

Ambas féminas se echaron en el colchón, besándose con frenesí, como si lo dejarán de hacer, el fin del mundo llegaría.

Besos y toques complementaban el momento, sacándoles leves suspiros y gemidos. Se sentía tan bien que, Dayana, la mayor y dominante entre ambas, buscaba tocar y morder las uñas de la contraria, quien la veía rara, pero por el placer del momento, no hacía más que jadear.

Gemido tras gemido salía de su boca, sabía cómo y dónde tocarla para hacerle sentir el cielo mismo.

Dayana por un momento dejó de pensar en la extraña actitud de su novia y se dedicó a disfrutar.

La ropa en algún momento dejó de importar, ya ni sabían donde estaba, en algún momento había volado, perdiéndose en la habitación.

Dayana besaba los pechos de Mayara, succionaba y mordía, al tiempo que la menor se arqueaba, soltando un gemido alto y corriéndose, manchando la pierna de la dominante de sus fluidos.

Llevó su propia mano a su boca, mordiendo sus uñas al tiempo que Dayana la tiraba a la cama, posicionándose entre sus piernas, comenzando a lamer esa zona que tan bien conocía.

Valery se sentía en el cielo, su pareja sabía cómo y dónde tocar para sacarle esos ruidos que adoraba.

No podía más, por más que mordía sus uñas, no podía callarse, le daba vergüenza que ella la escuchará gemir, aún si ya lo había hecho anteriores veces, seguida siendo vergonzoso.

Unas tres rondas más, bastó para dejar al dúo de chicas cansadas, sin poder hacer más que abrazarse, acurrucándose en cuchara. Dayana acariciaba los cabellos de la pequeña, al mismo tiempo que ambas se dormían.

(...)

—Ahora, Alvarado, ¿me podrías decir que tienes con las uñas? Más específico, con las uñas con esmalte. Te he visto varias veces observarme raro cuando me pinto, y eso no creo que sea normal. Empiezo a creer que tienes algo con eso —dijo de la forma más fácil de explicar.

—¿Y-yo? No tengo nada, simplemente me gusta.  —Trató de parecer tranquila, pero su pareja era muy buena para adivinar cuando estaba bien y cuando no.

—No, yo sé que tienes eso mismo. Mira, es normal ahora que tenga ciertos… fetiches, ¿vale? Una amiga también lo tiene, con el cabello. No te preocupes, que no es nada malo. Ahora dime, ¿qué fetiche tienes?

—Con las uñas  —murmuró, queriendo no ser escuchada, pero no fue así.

—Oh, eso es nuevo. Pero tranquila, sabes, yo también tengo uno. Con los pintauñas. Me gusta el sentirme excitada con solo ver uno. Tú sabes muy bien que ahora, el último es quien no tiene algún tipo de fetiche. Y ahora que lo pienso, he dicho muchas veces esa palabra. —Al finalizar, río.

Ella, aún con sus mejillas rojas, rió también, contagiada de la risa de la otra.

No podía creerlo, si bien en ese año, 2124 era demasiado normal que la gente tuviera fetiche por el sucio mundo donde vivían, aun así, le tenía miedo a ser rechazada por su pareja cuando está se entere. 

Pero, resultaba que ella también tenía uno. Eso la sorprendió, le gustó. Ahora que sabía que no tenía que esconder más sus gustos, podía estar tranquila.

(...)

—Wow, mamá, eso es wow. ¿Por qué tenías miedo? Si ya sabes que es normal, supongo que era estúpido tenerlo.

—Si, cariño, pero aún así. Yo era muy temerosa, todavía lo soy, pero he aprendido que si no habló, bko podré sabes si lo que pienso o hago esta bien.

—Vale, entiendo. No te preocupes, sé que debió ser difícil para tí.

—Y lo fue, estuvo cerca de un año con eso, yo me había dado cuenta por como actuaba, pero parece que su miedo era mayor. Me dolió que no me dijera. —Puso una mano en su pecho, haciéndose la dolida.

—Lo siento, no fue mi intención. —Bajó su cabeza, arrepentida por quedarse callada.

—N,  no, sabes que, mejor vamos a jugar. ¿Baby, puedes ir donde tú prima? Tú madre tiene ganas de trabajar en mis uñas. —Sonrío, al mismo tiempo que la contraria se sonrojaba.

—Claro, sacó los consoladores y me voy con Camila —avisó, antes de salir de su habitación.

—Bien, compré nuevos esmaltes que deseo probar y tus uñas son perfectas, bebé.

Los Talentos De StrawBayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora