4. BadRomance

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×Titulo; Bad Romance

×Autor: -Toorx_Hxgakure-

×Categoria: angeles y demonios

×Genero: fanfic, one-shot

×Advertencia: +18

×Pareja: KamiKiri —BNHA

×Cantidad de palabras; 1300
—Mood: minlxy

×Cantidad de palabras; 1300—Mood: minlxy

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Bad Romance

Sabía muy bien en que estaba metido. Aquel “amorío” que tenía con él no era más que un error. Lo sabía desde antes que hubiera aceptado salir con él, su familia, amigos y conocidos; era entrar en territorio prohibido. Que nada bueno saldría de esa relación.

Oh, y ahora se arrepentía. Se lamentaba de haberse hecho oídos sordos y no escucharlos.

Sólo le quedaba fingir amarlo, que su unión era perfecta como el contrario siempre decía que era, qué es y será algo duradero, como prometió alguna vez.

Realmente no aguantaba ese falso amor. No lo aguantaba. No aguantaba a aquel ángel. No aguantaba ser tan débil.

Esa relación era como aquella flor que de niño plantó, regó, cuidó, pero al final, no floreció.

(…)
— Los ángeles no son lo que piensas, hijo. Ellos, por más buenos que se vean, son la peor escoria que puede existir; nunca, pero nunca confíes en ellos, pues terminan apuñalándote por la espalda cuando menos te lo esperas. ¿Entiendes? –dijo aquel hombre de hombros anchos y mirada aterradora, ojos oscuros como la noche, cuerpo musculoso, perfecto para cualquier mujer.
El mismísimo diablo en persona.
— Sí, padre. Sé muy bien que ellos no merecen más que la muerte. Los ángeles son lo peor de lo peor.
Aquel ser, rey del inframundo, sonrió, mirando a su hijo y primogénito a los ojos con soberbia, sonreía, sabiendo que sus palabras quedarían grabadas en la mente del menor por mucho tiempo y que nada, nada podría quitárselas.

La primera advertencia ya estaba dicha.
(…)

La primera vez que lo vio, al salir a escondidas del inframundo e ir hacía “Limbo”, lo observó.
Estatura baja, ojos azules como el agua, cabello blanco, albino como la nieve que esperaba poder tocar algún día. Vestía una túnica blanca con un velo transparente celeste tapando un poco su rostro. Sus alas: azules y brillantes.
Se miraba frágil, débil a sus ojos; pues para un diablillo como lo era él un ángel no era nadie. En pelea, a los segundos su contrario ya debía estar en el suelo, desangrándose y pidiendo a ruegos clemencia. Piedad.
Sabía muy bien que uno de los dos iba a disfrutar acabar con el otro; y quién se llevaría ese papel sería él.

(…)
— Hijo mío, ya sé que desde que eres bebé te lo venimos diciendo pero aun así no dejaré de hacerlo. Nunca de los nunca jamases te acerques a un ángel, por más lindos y débiles que se vean, nunca trates de siquiera dirigirle la palabra. Ellos son más inteligentes y sabios que cualquiera de nosotros. Si lo haces, le habrás dado la victoria al instante. –la mujer de cuerpo esbelto, cabello castaño, ojos grises y mirada provocativa habló.
Ella, la mujer ideal, la esposa del Diablo.
—Sí, madre, entiendo.

Los Talentos De StrawBayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora