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—Título: Perfect Wedding. —Autor: AbbyWesselhoft —Categoría: Historia corta —Género: Narrativo —Advertencia: Escenas +18 y vocabulario fuerte. —Tema: “Clichés: Boda arreglada” —Cantidad de palabras: 2983
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¿Acepta? Era la pregunta que una y otra vez resonaba en mi cabeza. Pensar que mi vida acabaría si me niego, o tal vez… ¿Sería mejor? Recuerdo el día como si fuera ayer, mi hermoso padre se acercó a mí y con un cálido abrazo, dijo en mi oído.
—¡Felicidades! Vas a casarte con el hijo de mi jefe. —Mi mandíbula cayó al suelo, el shock era tan grande que mi padre soltó el abrazo para ver mi rostro. Estaba completamente pálida y fría. Este agitó su mano frente a mis ojos y parpadeé—. ¿Shana? ¿Estás bien? —Mi padre me miró.
—Sí, pero… ¿Estás de broma, cierto? —Pregunté al borde de la risa.
—No, no estoy bromeando. Debes casarte con Nicholas Fritz y se acabó la conversación —dijo eso y se alejó de mí. ¿Con Nicholas? ¿El insoportable y mujeriego Nicholas? Ay padre, en la que me has metido.
Quedé perpleja, sé que es por el bien de la compañía que debo hacerlo, pero aún estoy en pleno auge de mis 28 años. Sí, ya soy mayor de edad y por ende, se que no debo acatar sus ordenes. Pero tengo que hacerlo, en unos años cuando él se retire, quiere que me haga cargo total de la compañía y para eso, según él, debo tener un esposo. Jamás tuve novios ni nadie que me guste, por el simple hecho de que mi vida está primero. Pero al parecer eso no es suficiente para mi padre. Conozco a Nicholas desde la universidad, yo estaba dos años más adelante que él. Y siempre nos llevamos mal, hasta en las reuniones laborales no nos soportábamos el uno al otro. Hoy nos reuniríamos en una cena con la familia Fritz. Pero antes de ello, tenía que ir a mis clases de defensa personal, Barry Brown era mi instructor, ex compañero de la universidad y mejor amigo. Llegué y cambié.
—¡Uy! ¡Esto se va a poner bueno! —Lo miré extrañada.
—¿Qué cosa? —pregunté incrédula.
—La clase, puedo notar tu enojo fluir por tus venas… —He hizo un gesto con sus manos que resultó bastante chistoso.
—Ja, ja, deberías de tenerme miedo… —Sonreí de lado. Me acerqué lentamente esperando que se lanzará sobre mí, pero no lo hizo, solo nos miramos el uno al otro, esperando a que alguno atacara—. Si sabes que podría estar así casi todo el día, ¿verdad? —Me quedé de pie y cruce mis brazos. —Sí, lo sé. —Entonces se abalanzó sobre mí y con un ligero movimiento lo esquivé, quedando a su lado, donde le proporcioné un golpe en su estómago, se recompuso rápidamente para tirarme al suelo, pero golpeé su pierna, haciendo que perdiera el equilibrio y antes de que cayera sobre mi, giré hacia un costado, dónde logré ponerme sobre él.
