Anata no shukande wanai

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Niri miraba a Aelita desde el vehículo y sonrió victoriosa. Un espectro polimórfico salió de entre los cables con la forma de Jeremy, cogió el auricular y lo rompió delante de los tres, después de eso volvió a los cables. No había forma de contactar con Lyoko.

-¡Mierda! Corred a los escaners.

Los dos chicos bajaron lo más rápido que pudieron y Jeremy los virtuializó en Lyoko.

Hiroki y Anaís consiguieron bajar la temperatura y parar la función de sauna. Hiroki bajó a la pequeña y los dos comenzaron a buscar la llave. Encontraron unas cuantas rebujadas en un collar, probablemente sería de Jim.

-¿Cuál de ellas es?-preguntó la pequeña.

-Tendrás que probar con todas.

El pequeño japonés cogió de nuevo a la pequeña en brazos para que llegase a la cerradura y comenzó a probar todas las llaves.

Aelita miró al cielo de Lyoko al ver una torre.

-Jeremy, ¿Quieres que entre ahí?

No hubo respuesta.

-¿Jeremy?-preguntó esta vez la pequeña.

-No sé si le ha pasado algo.-dijo Aelita parando el vehículo.

-Estará... En el baño. ¿Puedo conducir?

-Ni siquiera vas a llegar al mando.-bromeó Aelita.

-Venga, déjame intentarlo. 

Aelita dejó a Niri al mando del vehículo, tuvo que agarrarse a ella debido a la velocidad que la pequeña cogió, quedó bastante sorprendida por la capacidad de conducir de la niña, Niri se salió del camino y Aelita comenzó a preocuparse ya que debajo de ellas solo había mar digital. 

-Vale Niri, ya está bien, déjame a mí. 

Pero la pequeña hizo caso omiso alejándose cada vez más del camino. Aelita no entendía qué estaba pasando, parecía que la chica iba a un sitio concreto. 

-Niri, he dicho que ya, dame el mando. 

Aelita intentó apartar a la pequeña, pero esta no se dejó, forcejeó con ella un poco, miró al frente y vio a dos tarántulas en una especie de isla que flotaba en el aire. Pero las tarántulas no las apuntaban. Aelita lanzó un par de bolas de energía mientras protegía a la pequeña haciendo de escudo humano. El vehículo frenó en seco, a 40 metros de los monstruos. Aelita miró a su hermana, el símbolo de X.A.N.A. se hizo visible en sus ojos y se rió de una forma que helaba la sangre.

-No...-susurró Aelita.

-¿Sorprendida?-preguntó la niña con una voz monstruosa.

Lo que en algún momento todos pensaron que era Nidaira Hopper agarró la mano izquierda de Aelita atándola con una de las cuerdas de su traje a su espalda en un movimiento tan rápido que la joven no pudo defenderse. Después de aquello los ojos verdes de Aelita, decepcionados y llenos de rabia se posaron en la pequeña que al menos durante dos días pensó era lo que más quería en el mundo, pero ella jamás fue Nidaira Hopper, ni lo sería. La pequeña mano de la niña golpeó el abdomen de Aelita, ella perdió el equilibrio y cayó del vehículo. Desde ahí lo vio todo mucho más lento. El brazo izquierdo estaba en su espalda, por lo que no podía tocar su estrella que crearía sus alas para poder evitar caer al mar digital.

-¡¡Aelita no!!-gritó el chico rubio de las gafas viendo como él no podía hacer nada para evitar que su chica cayese al mar digital y así X.A.N.A. pudiera apoderarse de ella como hizo con William. 

Después de 7 minutos los pequeños Dunbar e Ishiyama consiguieron abrir la puerta, sus dos hermanos mayores estaban desmayados en el suelo, no parecía que siguieran respirando. Una vuelta al pasado no haría que ellos volvieran a la vida si sus corazones habían dejado de latir.

Código Lyoko. AFTERPARTYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora