Escalofrío

152 10 1
                                    

Jeremy no entendía nada. Intentó buscar todo lo que pudo desde el super ordenador, pero no encontró nada más que lo que ya sabía, X.A.N.A. había desactivado la torre él mismo, no había réplicas, no había nada extraño. Los guerreros tuvieron unos momentos de shock y debido a eso fueron desvirtualizados. Los chicos volvieron a verse en la sala de escaners. Subieron a la sala del ordenador, pero después de un buen rato sin respuestas más allá de que sería un error de X.A.N.A. decidieron ir a buscar a Ulrich y Yumi.

El chico cogió a Yumi en brazos y subió la escalera aguantando el equilibrio, la dejó en el sofá del salón y puso la mano en su frente, fuera de que estaba helada debido a la temperatura, no había nada más preocupante. Ulrich se quitó la sudadera y la puso sobre los hombros de la chica.

-¿Cómo sabías dónde estaba?

-Jeremy me llamó, me dijo que viniese a buscarte.

-¿No estabas en Lyoko?

-Nadie me avisó. 

-William fue a llamarte, yo tuve que quedarme en casa... Hablando con mi madre.

-¿Ha pasado algo?

-No, nada importante. Mi madre... Bueno, da igual. ¿Cómo estás?

Al chico le sorprendió la pregunta, ya que sinceramente, ni él sabía como se encontraba. La mayoría del tiempo estaba feliz, pero no era una felicidad sin motivo, la mitad del tiempo se la pasaba bajo el efecto de la marihuana, tragó saliva y lo pensó un segundo.

-Bien, supongo.

-¿Supones? Venga, ya no me cuentas nada. ¿Cómo te va con Emily?

-¿Qué? Pues... Bien, supongo.

-¿Ulrich, estás bien?

-Si te soy sincero...-el chico se tumbó en el sofá mirando al techo y cogió aire profundamente.-No lo sé, no estoy. 

Yumi levantó una ceja y se acercó a él. 

-¿Quieres hablar de algo? Soy tu amiga.

Aquella frase le dolió más que cualquier láser de X.A.N.A., fue como una puñalada de frente. Miró al suelo y suspiró. Se sentó en el sofá cruzando las piernas y miró sus manos, era una manía que el chico había cogido en ese tiempo, se miraba las manos y se las analizaba, se le marcaban las venas, se le había ido el color más tostado de lo normal del verano, aún así, su piel se veía morena. Suspiró de nuevo y miró a Yumi, no fue mejor idea, sus ojos rasgados se fijaron en él, con cariño y ternura, como quién veía a un niño, así se sentía él. Como un niño pequeño que acaba de hacer algo que no debía y al mirar a su madre le comía la culpa, quizás había sido una tontería como pintar la pared, comer más chocolate de la cuenta o no dejar los juguetes ordenados.

-No te preocupes. No es nada.

-¿De verdad? Te he notado muy raro últimamente, quiero que sepas que si necesitas algo, estoy aquí, lo que sea, de verdad.

-Yumi, lo siento. Lo siento mucho.

Entonces fue la chica que lo miró sin entenderlo, el corazón le latía fuertemente, ella tragó saliva y se puso el pelo detrás de las orejas, intentó tranquilizarse, no sabía por donde le iba a salir el chico, eso la ponía muy nerviosa. 

-¿Porqué lo dices?-preguntó finalmente tras unos segundos que para Ulrich parecieron horas.

-Por todo. Jamás fue mi intención hacerte daño o... Hacerlo más. Te quise mucho.... Te quiero.-dijo finalmente, sus manos estaban temblando en el momento en el que lo dijo, pero siguió hablando como si jamás hubiera dicho aquello.-Mis problemas son cosa mía y te hice demasiado responsable, la cagué, la cagué mucho. No he sabido hacerlo, así que perdóname por favor.

Código Lyoko. AFTERPARTYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora