-38°

156 9 4
                                    

Pasó una hora completa, Ulrich no sentía sus piernas, tenía la nariz completamente roja, se giró al sentirse observado, pero aquel espectro ya no estaba allí. Las 00:00. Del 29 de Noviembre, pasó al 30. Los adultos de la mesa se levantaron en una actitud menos formal. Abrieron la cuarta botella de vino, "para entrar en calor", seguido de una de whisky escocés.

-Ulrich, no te duermas.

-Que no estoy dormido.-se quejó el chico.

Los camareros entraron a retirar los platos, algunos aprovecharon para ir al baño, se formó un poco de jaleo en aquella sala privada, la calefacción estaba puesta por lo que los abrigos estaban en la mesa. Cameron se giró para ver a Ulrich.

-Es ahora o nunca, venga.

Tardaron más de lo que esperaban en levantarse, no sentían sus extremidades. Cameron sabía el camino perfecto para entrar sin ser visto. Por una ventana cerca del conducto de ventilación. Empezó a quitarse el abrigo, el gorro y los guantes quedándose lo más fino posible. Ulrich hizo lo mismo.

-Venga.

Cameron puso la postura para dale apoyo a Ulrich, una vez él saltó, tiró del cuerpo de Cameron.

-Pues no estás tan delgado como pareces.

El chico subió y ambos bajaron de nuevo, entraron arrastrándose hasta la sala, ningún camarero se había percatado. Se acercaron a los abrigos lo más rápido que pudieron, ambos soltaron el aire debido a la presión, el cambio de temperatura hizo que a los dos les doliese la cabeza. Cameron se acercó lo más rápido que pudo al abrigo de su padre, buscando la tarjeta y su teléfono y guardándolo en sus bolsillos. Ulrich hizo lo mismo, al sacar el móvil, se dio cuenta de algo que no esperaba. El fondo de pantalla de su padre, era él. Cuando era más pequeño, una foto que tenía en Alemania, tendría unos 11 años, señalaba una montaña, iba muy abrigado y sonreía. Recordaba perfectamente ese viaje.

Cogió aire y notó la mano de Cameron dándole un golpe, avisando que debían salir cuanto antes, los chicos repitieron el mismo recorrido. Un camarero se giró sobre sí mismo, alto, pelirrojo, de pelo aplastado, se acercó a ver el ruido. Los chicos fueron lo más rápido que podían. Al verse perseguidos, decidieron esconderse tras la barra, el camarero se acercó a la barra, Cameron y Ulrich cerraron los ojos lo más fuerte que pudieron, si los encontraban estaban perdidos, llevando además encima el teléfono y la tarjeta de sus padres. El camarero se puso de puntillas para asomarse.

-Louis, deja de hacer el ganso, tenemos mucho trabajo, ayudame a llevar platos vacíos a la cocina.

El joven pelirrojo se alejó de la barra y volvió a la mesa, los dos adolescentes suspiraron y salieron de allí lo más rápido que pudieron. Una vez fuera, los chicos se miraron mientras se ponían los abrigos. Ambos chicos se encontraban al borde de la hipotermia, pero sabían de sobra que tenían que hacerlo.

Jeremy dormía en su cama, seguía temblando, William dormía a su lado. La puerta se abrió y el chico sintió como lo movían.

-¿Qué... Qué pasa?

-Jeremy, es X.A.N.A., vamos a la fabrica.

El chico rubio se coloco sus gafas y vio a Aelita delante suya, estaba muy seria, se giró y comenzó a mover a William, el chico seguía roncando, tenía un sueño muy profundo, Aelita cogió una almohada y la puso en su cara, el chico despertó entonces. 

-Hace -28º, así que poneos ropa térmica.

Aelita se dirigió a la habitación de Odd, abrió la puerta y un olor muy característico y no muy agradable la abofeteó, no era raro aquel olor en esa habitación. Aelita miró a la izquierda, la cama de Ulrich estaba vacía, en la otra, Odd dormía abrazado a una chica de un curso inferior, a ella no le sonaba apenas de nada. Aelita se acercó con cuidado y movió levemente a Odd, él tenía un sueño profundo, pero afortunadamente, menor que el de William. El chico abrió los ojos y miró a Aelita.

Código Lyoko. AFTERPARTYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora