Tú estás contra mí

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Aelita estaba desayunando en la cafetería, el chico moreno con el que no llevaba mucho de amistad se sentó en frente suya, se sonrieron a modo de saludo y él comenzó a tomarse sus tostadas.

-¿Qué tal con tu familia?-preguntó el chico.

-Jamás me he imaginado mejor, ahora solo tenemos que centrarnos en sacar a Melody para estar al completo, me pasaré en velas las noches necesarias.-dijo la chica.

-Estoy seguro de que tú y Einstein lo conseguiréis. Por cierto, ¿Dónde está?

-Pues si no lo sabes tú, que eres su compañero de habitación.-dijo la chica.

-Sí, pero me dijo que...

El chico se sentó al lado de su novia, recuperó el aire, había ido corriendo.

-Justo hablábamos de ti.-bromeó la pelirosa.

-¿Sí? Pues mejor, tengo un nuevo programa para el Skid que lo hará más resistentes a los ataques, he mejorado los nasquit y... Creo que no tardará mucho para acabar con X.A.N.A., tu madre nos ha hecho avanzar muchísimo en la búsqueda de datos. Casi tenemos todos los detalles para crear otro virus múltiple.

-¡Eso es fantástico!-dijo Aelita.

-Sabía que si alguien podía conseguirlo, eras tú, Jeremy.-dijo William comiendo su manzana.

-Lo sé, es complicado compartiendo cuarto con un oso que ronca y una máquina de fumar, pero uno hace lo que puede.-bromeó el rubio.

El otro chico rubio de la mecha morada se sentó con ellos y se bebió su chocolate caliente. Jermey miró a los lados, era extraño no ver a Ulrich.

-¿Y el gruñón?-preguntó el chico de las gafas.

-Hablando algo muy importante con Emily. Esto... ¡Cambiará el futuro de Kadic!-bromeó el chico.

Ulrich esperaba en la puerta a que Emily entrase a desayunar, vio el pelo marrón de la chica de lejos y eso hizo que tuviera que coger aire para prepararse, quería ser claro, directo, pero sin llegar a ser cruel. Pero la chica no parecía feliz, ni tenía una cara neutra, tenía lágrimas en sus ojos, se lanzó hasta el chico y lo abrazó hundiéndose en su pecho, Emily comenzó a llorar desesperádamente, el chico no sabía qué hacer o decir, eso no lo esperaba.

Odd seguía con su tostada con plátano y chocolate, debía nutrir todo su cuerpo, según él, el rubio levantó la mirada y la clavó en su amigo William, el chico tragó la comida para poder hablar.

-Y tú que guapo vas. ¿Vas a darle calor a alguien con este frío?

-Muy gracioso, pero no, tengo una presentación de biología a primera hora y sabes lo pesada que se pone Suzanne.-explicó William.

-Emily, ¿Qué pasa?

-Mi... Mi abuelo acaba de morir Ulrich, él... Estaba muy enfermo y... ¡Y no me he podido despedir!

La chica comenzó a llorar más fuerte, Ulrich abrazó a la chica consolándola como podía, eso no se lo esperaba, no podía dejar a la chica el mismo día que moría su abuelo, eso era demasiado cruel y no moriría por un par de días más con ella.

-Lo siento mucho, pero no tienes que sentirte mal por eso, Emily. Estoy seguro de que él te quería y te quiere muchísimo.

La chica subió la mirada, aún con lágrimas en sus ojos.

-Ulrich... ¡Qué haría sin ti! Te quiero muchísimo.

La chica volvió a abrazarlo, haciendo que Ulrich se sintiese aún peor. Algo más lejos de ellos, Marcos miraba su móvil y sonrió victorioso para entrar a la cafetería a desayunar, se encontró con Sissi en la puerta de la cafetería mirando a Ulrich, lo había visto y escuchado todo. Se acercó a ellos y puso una mano en el hombro de cada uno.

Código Lyoko. AFTERPARTYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora