Código Lyoko. AFTERPARTY

Favorito, pero un error

William salió de su habitación el primero, era más temprano de lo normal, pero se desveló por la noche y decidió hacer algo de provecho. Estaba solo en las duchas así que aprovechó para cantar un poco. Nunca se le había dado mal. Salió del baño y miró a un lado al sentirse observado.

-Creía que te habías olvidado de mí. Es muy temprano. ¿Qué haces levantada?

Coral no respondió, puso la mano en el pecho del chico y lo metió dentro del baño de nuevo, William levantó una ceja y la chica lo besó empujándolo hasta las duchas mientras ella comenzaba a desvestirse. 

Yumi miraba a su cuaderno, pensando en lo que había pasado la noche anterior, suspiró y continuó su dibujo en la última página del cuaderno. Miró a su lado, el sitio de William estaba vacío, no era rato que el chico llegase tarde ya que siempre solía fumar cuando acababa de desayunar. Pero le extrañó una vez el profesor entró en clase y comenzó la lección, William entró unos cinco minutos después.

-Mr Dunbar, Do you have any excuse to be late?

-Lo siento profesor McDonelds, ha sido un...

-In english!

El profesor McDonelds no tenía muy buena fama por su cordura, se sentó en la mesa y se puso las manos en la cabeza, William se sentó en su sitio y el profesor estuvo en silencio un rato, toda la clase acostumbrada a los sirocos del hombre cogió su móvil o se pusieron a hablar en voz baja con su compañero. Yumi miró a su amigo y rodó los ojos al ver su cuello.

-Podrías haberte puesto maquillaje.-susurró la chica mientras miraba de reojo su móvil.

William se miró el cuello y se rió un poco por lo bajo, se subió el cuello de la camisa y puso las cosas en su mesa.

-¿Quién ha sido esta vez? ¿Niara, Jannet, Arianne...? ¿Margot?

-No conozco a la mitad de las chicas que has dicho. Pero no. Quizás mi fama de casanova me la hayas puesto tú y yo no tenga nada que ver. Además, sabes que mi corazón solo tiene un nombre.

-He dicho a las chicas más guapas del colegio, no seas idiota, te morirías por estar con ellas.

El chico se quedó en silencio, cogió aire para hablar, pero el profesor volvió a ponerse de pie, se dirigió a la pizarra y buscó algo con la mirada.

-William, por llegar el último vas a ir hasta secretaría a pedir tizas, venga. 

El chico se levantó, no sin antes acercarse al oído de su amiga.

-Podrán ser las chicas más guapas, más listas y con más carisma no de todo el colegio, sino de todo el mundo. Nadie va a hacerte sombra nunca, Yumi.

El moreno salió de la clase para ir a por el recado. Eso hizo que Yumi se quedase un poco en shock, creía que después de todo ese tiempo a William se le había ido ella de la cabeza, suspiró y miró su móvil de reojo al ver una notificación. 

"¿Sigue en pie lo de hoy?" 

Aelita y Jeremy fueron a la fábrica a seguir trabajando en el nuevo vehículo. Odd había quedado con una prima de Sissi que vivía cerca del colegio. Ulrich estaba sentado en la mesa esperando a Sissi, movía su helado con la cucharilla de plástico, seguía pensativo. Miró a un lado y vio la mesa que siempre solían coger, era más grande de lo normal. 

"Los padres de Sissi hablaban amistósamente con los padres de Ulrich mientras que los pequeños jugueteaban por ahí. Ulrich tenía la boca totalmente llena de helado de chocolate, Sissi siempre había sido muy fina y responsable y se tomaba su helado de limón como si fuese alguien de la realeza. 

-¿Puedo probarlo?-preguntó el pequeño. 

Los dos tenían unos 4 años, Sissi miró la boca de su amigo y volvió a mirar su helado.

-No, me vas a manchar. 

-Pero yo quiero probarlo.-se quejó el pequeño.

-Mmm, se me ha ocurrido una idea.

Sissi puso los labios como su fuera a dar un beso y se los embadurnó de helado, giró la cara hacia su amigo y él sonrió victorioso. Se dieron un besito en los labios, de manera tan inocente que era digno de grabar, pero las cámaras no estaban tan a mano en ese momento. Había sido el primer beso de los dos sin darse cuenta."

Ulrich miró su helado y no puso evitar sonreír un poco al recordar eso. Sissi volvió del baño y se sentó a su lado. Cogió su helado y empezó a comérselo, tan fina y recatada como siempre.

-Ahora podemos hablar mejor. ¿Quieres empezar?

Ulrich cruzó los brazos con la cuchara en la boca y apoyó la espalda en el respaldo de la silla y subió y bajó las cejas. Se quitó la cuchara de la boca y miró su helado.

-Antes me tienes que dejar probarlo. 

Ella se rió y miró su helado.

-Yo también me acuerdo de eso.-susurró.-A mi madre le encantaba esta heladería.

-Te pareces mucho a ella.

Eso hizo que Sissi se emocionase, había miles de piropos en el mundo y aunque a ella le gustaba que le llamasen guapa, preciosa, que tenía un cuerpo de escándalo, que su pelo brillaba o que gustaba como se maquillaba, el mejor piropo que podían echarle era que se parecía a su madre. Era verdad, Sissi era una copia de su madre, solo que tenía los ojos marrones de su padre, la nariz, los labios, los pómulos, el pelo y todo era de su madre. Sus ojos brillaron un poco y sonrió de lado. 

-¿De verdad me parezco?

-Eres igual que ella.

-Tú también te pareces mucho a tu madre y con eso quiero decir que no te pareces en nada a tu padre. Nosotros somos igual que nuestras madres, ellas se lo curraron mucho para darnos lo mejor. Tu padre no es el mejor del mundo, pero los dos sabemos que no van a separarse, así que... Tendrás que ser tú el que se encargue de tu madre, yo llevo encargando de mi padre desde lo de mi madre.

-Lo sé, voy a empezar a ir al psicólogo. 

-Me parece la mejor decisión, a mí me ayudó mucho.

-Gracias Sissi, de verdad. 

-No tienes que dármelas, somos amigos.

-Claro que tengo que hacerlo, te quiero mucho, de verdad. No me voy a cansar de decírtelo. 

Los dos sonrieron, después de charlas por un rato volvieron a Kadic, pero por el camino vieron a un grupo grande en el césped de un parque, entre ellos estaba Emily, Anaís Fiquet y casi toda su clase.

-¡Eh! ¿Qué hacéis aquí? Uniros a nosotros.

Los chicos se sentaron con los demás, un olor extraño les abofeteó en el momento en el que sentaron. Emily estaba algo rara, se sentó en medio de los dos y siguió fumando un cigarro algo más grande de lo normal.

-Vale, contestadme a algo. ¿Estáis juntos? ¿Habéis follado, verdad?

-¡Emily! Sabes que estoy con Mat.-se quejó la morena. 

-¿Y tú? ¿Sigues con Yumi?

-Emily no es el mejor momento para preguntarlo.-volvió a decirle su amiga.-¿Qué es eso? ¿Porqué huele tan mal?

-No huele mal.-dijo Ulrich.-Y no, Yumi me dejó en Halloween.

-Vaya, lo siento. ¿Queréis?

-¡Emily! Me dijiste que lo habías dejado, que solo querías probarlo.

-Venga Elisabeth, no seas aguafiestas.-se quejó la castaña.-¿Tú quieres?

El chico miró la mano de la chica, aunque sabía que quizás se arrepentiría, lo cogió y lo miró, seguían pensándolo.

-Venga Ulrich, es un canuto, no una inyección de heroína. Puede que tosas un poco al principio, pero no pasa nada.

El chico fumó y en unos segundos notó su efecto.