Corre

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Aelita llamó al timbre y Yumi la recibió, seguía en pijama, tenía los ojos hinchados de llorar, a la pelirosa le pasaba lo mismo, las dos se abrazaron y tras coger algo de comer se dirigieron a la habitación de la chica. Las dos se sentaron en la cama y comenzaron a explicar qué les había pasado.

-¿Pero porqué te dijo eso? ¿Iba borracho?

-Sí. Pero no lo entiendo, te lo juro Aelita, me dio miedo, sé que William nunca ha sido santo de su devoción. ¡Pero empujó a Odd!

-Imagino que no habrás hablado con él.

-Pues no. De hecho, le dije que... Lo dejábamos.

-¿Estás segura de esa decisión?

-Creo que un tiempo solo le vendrá bien, y a mí también. Incluso he pensado en decirle a mis padres de pasar las navidades en Japón. No solemos irnos porque los billetes son carísimos, pero quizás si los busco ya me saldrán por menos dinero. Pero luego está X.A.N.A. y bueno...

-No te preocupes por X.A.N.A., siempre hemos sido uno menos y lo hemos conseguido, si es lo que necesitas, yo te apoyaré en todo.

Las dos volvieron a abrazarse y tras un largo suspiro volvieron a su postura original.

-¿Tú estás bien?

-Bueno, lo cierto es que no.

Aelita sacó la pastilla del bolsillo y se la mostró a su amiga. Ella la miró de cerca, era una pastilla muy pequeña en una gran tableta. Yumi la reconoció enseguida y se la devolvió.

-Bueno, no pasa nada. Vamos a informarnos sobre los efectos secundarios y a partir de ahora solo tenéis que usar la protección siempre. ¿Porqué estás mal?

-Yumi, ¿No lo entiendes? Yo no hacía estas cosas, soy una irresponsable.

-Aelita, tienes 16 años, no pasa nada si te pierdes un poco.-Yumi puso la mano sobre la mano de su amiga.-Es hora de que vivas un poco.

-Aún no tengo 16.-se rió un poco.

-Pues mira, ya tenemos tema de conversación, voy a traerte agua y hablamos sobre tu cumpleaños,

Yumi bajó a la cocina, Aelita miró la pastilla. Se preguntaba como sería querer a un hijo, en sí, tener un hijo. Aelita no tenía familia, había querido a "Niri" como una hija aunque solo fuese por dos días. Por otra parte, estaba deseando ser madre, solo por sentir que no estaba sola. Que alguien que también llevaba su sangre estaba con ella. Suspiró fuertemente, se puso de pie y se asomó a la ventana. Había una mujer paseando por la calle con un carrito de bebé. Llevaba al bebé mirando hacia ella, era un bebé precioso. Las dos eran de raza negra, su bebé llevaba el pelo suelto, muy rizado. Aelita sonrió al ver como su madre le hacía tonterías al pequeño para que este se riera.

-Aquí tienes.

Yumi dejó el vaso sobre la mesa y ella se volvió a sentar en la cama. Aelita miró el agua y luego miró la pastilla.

-Tómate tu tiempo, puedes quedarte a comer si quieres.

Aelita sonrió y se sentó en la mesa. Yumi cogió el ordenador y buscó los efectos secundarios que aquella pastilla tenía. Yumi las leyó primero y su cara cambió un poco.

-No me gusta esa cara, pero bueno, dime.-dijo Aelita.

-Pues, entre ellos hay, vómitos, náuseas, mareos, fatiga, vas a tener los pechos más sensibles, dolores... Calambres y... Va a volver a bajarte la regla.

-Vaya, casi nada.-bromeó Aelita.

-Pues sí.-dijo Yumi.

Miró su móvil, Ulrich le estaba llamando, ella miró a Aelita y colgó el teléfono dejándolo a un lado.

Código Lyoko. AFTERPARTYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora