Luzifer Becher.
Moscú / Rusia.
Observo la moneda que tengo en la mano con el ceño fruncido. <<No puedo quitármela de la cabeza>>. Cada vez que me vienen sus ojos algo se me aprieta el pecho y siento como la garganta se me seca.
—¿Qué sucede?
Sacudo la cabeza.
—Has estado muy pensativo desde esta mañana. —Me observa ladeando la cabeza. —Desde que...
—Desde que vi a la nieta de Alfredo. —Le doy otro trago a mi bebida. No puedo sacármela de la cabeza.
Parece que llegó a quedarse conmigo.
Detesto esto que no pueda sacar su rostro de mi cabeza que su belleza ingenua me dejo sin aliento.
—Es impresionante. —Comenta acomodándose a mi lado. —No tenía idea de que tuviera una nieta y una muy hermosa...
—¿Hermosa? —Observo a la mujer que se está masturbando frente a nosotros. No me impresiona. Es lo que veo todo el tiempo. —Es un ser infernal Alek.
Aleksander se queda en silencio, observando el espectáculo que nos esta dando.
—¿Lo es?
Se me curva una sonrisa.
—¿No lo notaste? La bruja le gusta las mentiras. —Suelto recordando la sonrisa ingenua que armo.
—¿Te gusta? —Me conoce perfectamente. —No.
Lo miro arqueando una ceja.
—Está lejos. Ella.... —Suspira. —Ella no es como estas mujeres. —Señala las mujeres que están follando a los clientes. —Ni menos cuando es la nieta del jefe.
Sonrio al escucharlo.
—A mi no se me niega nada, Alek. —Bebo otro sorbo de mi bebida. —Y ella será mia.
Alek queda en silencio y maldice cuando ve mi mirada.
—Me alegra que ya no este. —Suelta. —Seria un dolor de cabeza lidiar con el anciano y no creo que te deje acercarte.
Me quedo en silencio.
Me gusta y la quiero para mí.
Los gemidos femeninos y la música baja no son suficiente para acallar mis pensamientos. El cuero y el sonido que emite la fusta antes de tocar la piel solo cosquillean mis dedos.
La quiero en mi cama. La quiero arrebatar esas mentiras y dejar que se ahogue con ellas. La quiero ver como es realmente.
Una demonia que le gustan las mentiras. Una que le encantara montar mi polla.
—Hay que brindar. —Habla Alek, llenando nuestros vasos. Me ofrece la bebida. —Hoy tuvimos el privilegio de conocer el legado de los Quinn. —Choca su bebida contra la mía. Sacude la cabeza.
—Quinn. —Repito su apellido.
Un apellido que prevalece lo malo y lo perverso. Un apellido que hace temblar a mas de uno.
—Ya veo porque estaba tan receloso en traerla a Rusia. —Sonríe a mi lado. —Es una mujer que atrae mucha la atención.
Me mantengo en silencio. Alek choca su vaso contra la mia.
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LUZIFER ©
RomanceTRILOGIA INFERNO: LIBRO 1 Un juego diferente está por comenzar. Las fichas ya están puestas y los espectadores esperan los jugadores. Ella una belleza andante, que vive a su ritmo, a su tiempo y a las mentiras. Él un caballero que está dispuesto a...