CANCIÓN: Blinding lights-The Weeknd.
EL PROFESOR
____________*___________
—¿Qué horas son? —Le doy un mordisco grande al buñuelo que hizo de desayuno Eric. No es saludable, pero es comida.
—Tranquila, llegaremos a tiempo. Sabes que a esta hora no hay tanto taco. —Añade para calmarme.
—Lo sé. Solo soy paranoica.
—Como todos los días. —Una sonrisa tira de mis labios.
Los ojos se me cierran, pero vuelvo a abrirlos. No puedo quedarme dormida. Saco el celular del bolso y verifico la hora 5:20 a.m.
<<Llegaremos a tiempo.>>
Termino de desayunar y soplo la bebida caliente.
—Puedes detenerte en una tienda. Quiero comprar un energizante.
A las 5:50 llegamos a la universidad.
—Estoy cuestionando si vivir a dos horas de la universidad, es bueno para mi salud. —Confieso mirando el auto que está al frente de nosotros.
—Te encanta nuestra casa, nunca lo dejarías.
—Cállate. —Se ríe a mi lado.
No sé cómo puede estar de buen humor a esta hora y eso que despertó a las 4 para hacernos el desayuno, mientras yo seguía durmiendo. Le he dicho varias veces que me despierte, pero nunca lo hace. El único que me despierta es el despertador.
—¿A qué horas nos iremos? —Pregunto. Avanzamos un poco y sacó nuestros carnets. —¿Qué tienes? —Paso los carnets por la máquina y nos da la entrada. Agarro el papel y lo guardo en su bolso.
—Nada.
—Sé que tienes algo. —El vapor del chocolate calienta mis labios. Deja salir un suspiro.
—Tengo clases hasta las 10, pero tengo que terminar la maqueta. —Me mira de reojo. — Estoy preocupada de no poder terminarlo a tiempo.
—¿Cuánto te falta?
He visto como ha trasnochado estos últimos años para ser el mejor de la clase, para los mejores proyectos y es exigente con el mismo. Las únicas veces que puede descansar bien, es en vacaciones, pero se ha acostumbrado a solo dormir dos o tres horas, que ya no le da importancia.
Siempre amanece de buen humor.
Nos turnamos para cocinar y suelo hacer su papel, despertándome temprano cuando veo que no puede más. Nuestro ritmo es normal, normal de una pareja.
—Solo me falta colocar el techo.
—Solo te falta un semestre. —Lo animo.
Asiente, sonriendo.
—Y tú también.
—Amen. —Digo sacándole una sonrisa.
Entramos al estacionamiento subterráneo buscando un espacio entre todos los autos. Cinco minutos después, encontramos un lugar. Me quito el cinturón de seguridad cuando el auto se apaga, abro la puerta, agarrando el chocolate que no me he acabado.
Espero a Eric y nos acercamos al ascensor. Esperamos unos segundos con los demás estudiantes y entramos al cubículo metálico. Salimos del edificio y nos acercamos a la cafetería.
ESTÁS LEYENDO
LUZIFER ©
RomanceTRILOGIA INFERNO: LIBRO 1 Un juego diferente está por comenzar. Las fichas ya están puestas y los espectadores esperan los jugadores. Ella una belleza andante, que vive a su ritmo, a su tiempo y a las mentiras. Él un caballero que está dispuesto a...