LUZIFER ©

CAPITULO 6

PRIMER PASO

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Dos semanas después.

—¿Y cómo está la secretaria?

Lo miro con los ojos entrecerrados.

—Deja de molestarme. —Pido con un mohín.

Se ríe para luego apretarme contra él, mientras besa mi frente.

—Te estoy halagando Barbie.

Me alejo de él y me hago la molesta. Lo escucho reír detrás de mí.

—¿Qué haces?

—Estoy traduciendo estos documentos a inglés. —Leo nuevamente lo que hasta ahora tengo.

—¿Haces todo el tiempo esto? —Coge los documentos y los lee con atención.

—No todo el tiempo, pero sí. —Contesto.

—¿Te ayudo?

Lo miro esperanzada.

—Te lo agradecería mucho Luis. —Digo con una sonrisa, mientras le acerco mi computadora, con una sonrisa.

Luis se acomoda y deja su bolso en el suelo. Sonrió al ver como empieza a escribir y leer el documento. Me acerco y lo abraza tomándolo por sorpresa, beso su mejilla.

—Gracias.

Me mira un poco confuso, porque no suelo ser muy amigable.

—Entre amigos nos ayudamos. —Me guiña, pero aun así no aparta la mirada, sino todo lo contrario. Ve mis ojos, mis cejas, mi nariz y luego mi boca.

El recuerdo de lo que me han dicho mis amigos que está interesado en mí, me pone nerviosa. No quiero que sienta algo más que la amistad que tenemos. Estamos bien y espero que se dé cuenta que conmigo no tiene oportunidad, porque por el momento mi corazón está tomando unas largas vacaciones.

Sonrió antes de apartarme de él. Ojalá no esté ilusionado. Lo considero un gran compañero y amigo.

—¿Quieres algo de comer? Yo gasto. —Rompo el silencio que se ha extendido entre nosotros.

No es incómodo, pero para mí lo es. Saco mi cartera de mi bolso y lo miro.

—Cómprame cualquier cosa. —Responde con una sonrisa.

Me levanto de la silla.

—No quiero ningún reclamo, si traigo algo que no te gusta. —Lo señalo. Sonríe.

—Como de todo Barbie. —Informa, divertido.

—Siendo así, me voy, ahora vuelvo. —Me alejo de la mesa.

Estoy en la zona verde de la universidad y es el lugar que más adoro. Es el único lugar donde no vienen tantos estudiantes.

Me tardo en llegar a la cafetería, ya que algunos estudiantes me detienen para preguntarme sobre la fiesta que se va dar en unas semanas.

Todos los estudiantes están esperando esa semana, ya que solo es de fiestas, a mí también me gusta porque no interfiere con las clases, solo las de las tardes ya que comienzan las competencias.

10 minutos después llego a la cafetería. Aprieto mis labios. La fila es muy larga. Observo la zona donde solo venden frutas y luego miro las empanadas que quiero comer. Me acerco a la fila y me pongo detrás de un chico con gorra. Saco mi celular.