DISFRUTE PELIGROSO.
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—¿Estás contento?
La sonrisa le llega a los ojos.
Jamás lo he visto tan contento como ahora, pero me alegra que haya logrado muchas cosas que ni sus propios hijos han logrado. Está feliz y eso es lo más importante. Aunque una parte de mí, odiaba a sus hijos por provocar tanta tristeza.
—Demasiado, Baba. —Aprieta mi mano. —Jamás tendré la oportunidad de pagarte por todo lo que estás haciendo.
Beso su coronilla y me aparto sonriéndole.
—No tienes que pagarme nada, abuelo. Eres mi familia y te amo mucho.
Las arruguitas aparecen en las comisuras de sus ojos. Sus ojos castaños tienen un brillo único. Me gusta verlo relajado, como un hombre normal, disfrutando los lujos que debería disfrutar sin dedicar su tiempo en los problemas que tiene a su alrededor.
Me tomo un sorbo de mi bebida, observando a mi alrededor. Hay muchos turistas, pero ninguno se ha atrevido a acercarse a nuestra zona.
Estamos en la playa Tortugas, disfrutando el atardecer de las 4. El paisaje es hermoso. Aunque tenemos una playa privada quise venir a este lugar para no sentirme tan sola. Este era el último día en Cancún, mañana por la noche teníamos que regresar a Medellín.
Durante esta semana he disfrutado pasar el tiempo con mi abuelo, era la primera vez que estábamos tanto tiempo juntos, así que nos conocimos más y la relación se hizo más cercana. No me arrepiento de venir con él a Cancún, aunque eso significaba que podría meterme en problemas con papá.
Tampoco me arrepiento de que dormí con mi profesor en esos dos días que estuvimos en Guatapé, que dejé en evidencia de lo éramos realmente frente a sus hermanos. Solo dos días y aprendí algo de él. Luzifer es silencioso.
En las veces que conversaba con sus hermanos, siempre se mantenía al margen de la conversación o solo comentaba un par de veces y luego, simplemente empezaba a jugar con mis dedos. Eso también lo note, que Luzifer jamás me dejaba de tocar, siempre me estaba acariciando de forma disimulada—creo— y ni siquiera se daba cuenta de lo que su cuerpo hacía, pero sus hermanos sí.
En más de una ocasión encontré a Antonio mirando a su hermano de una forma confusa, como si le extrañará ver a su hermano comportarse así conmigo, parecía que no lo reconocía.
Pero lo que más me dejó fuera de lugar, fue su comportamiento con sus hermanos, era otra persona. Él no se comportaba conmigo como él se comportaba con ellos, era distante, frío y para ellos parecía lo más normal, pero para mí no, porque el Becher que conocía era ese alguien que, aunque era tan serio, al menos sonríe conmigo y me buscaba con la mirada.
Tal vez no conocía a Luzifer realmente y eso era bueno para nuestra relación. No quería involucrarme mucho en su vida, aunque ya lo estaba haciendo ¿no?
Había conocido a sus hermanos, había compartido con ellos y me había comportado como si fuera la pareja de Luzifer, pero es tan difícil que te comportes de manera fría con alguien que deseas y aún más cuando te acuestas con él. Ansias tenerlo cerca, todo el tiempo.
A pesar de que comparto mucho con Luzifer, me alegra que es muy difícil enamorarme de una persona o al menos llegar a encariñarme mucho con esa persona.
Pero también algo cambió en nuestra relación. En esta semana, Becher me llamaba cada noche o yo lo hacía a cualquier hora para molestarlo. Eso jamás lo habíamos hecho, si se comunicaba conmigo era porque tenía que leer unos documentos y redactar un contrato, así que la primera noche que me llamó—el sábado— me sorprendió, porque no lo esperaba.
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LUZIFER ©
RomanceTRILOGIA INFERNO: LIBRO 1 Un juego diferente está por comenzar. Las fichas ya están puestas y los espectadores esperan los jugadores. Ella una belleza andante, que vive a su ritmo, a su tiempo y a las mentiras. Él un caballero que está dispuesto a...