CAPITULO 30

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PENA

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Cierro la puerta detrás de mí, horas más tarde. Tiro las llaves en el cuenco que compramos para las llaves y deslizo mi bolso hacia abajo. Saco mi celular del bolsillo y sonrió al ver el último mensaje de Becher. No le contesto, solo seguiré su consejo o más bien su orden.

Arrastro mis pies, con los ojos pesados y... me quedo lívida al encontrarme con la personas que menos quiero ver en este momento. Los puños se me cierran y los latidos se me vuelven lentos. El miedo que debería sentir, no aparece solo la ira.

Está sentado en mi sofá. Está en mi casa, como si no hubiera pasado nada. Detesto la idea de que Nicholas esté en mi sala, en mi casa como si fuéramos viejos amigos, como si no me hubiera enviado a un maldito hospital.

Siempre es así. Cree tener el mundo a sus pies, cuando no es así.

Eric está recostado contra la pared, observándolo, mientras que Mara está sentada en uno de los sofás individuales. Eric no ha hecho nada, porque está siguiendo órdenes y Mara no puede hacer nada, porque también le tiene miedo.

No me muevo por unos largos segundos y la idea de que vino a mostrar las fotos, flaquea mis piernas. Trago saliva duramente.

La primera que se da cuenta de mi presencia es Mara. No le devuelvo la mirada, mi atención está en el pelinegro, quien me está mirando ahora. Tenso mi mandíbula cuando sonríe. No es una sonrisa divertida, sino gentil, amigable. Hipócrita.

Se lo que hace. Está tentando el terreno. Está tentándome.

—Barbie. —El tono de Eric solo me motiva. Sabe lo que haré.

El no saldrá tan fácil de esto. No dejaré que me manipule como lo hizo en el pasado. Llego a su lado y le estampo la cachetada que le voltea la cara. Lo agarro del cabello y lo tiro al suelo. Intenta levantarse, pero le mando mi pie a su rostro sacándole la sangre.

Alguien grita, pero lo agarro de la nuca y lo jalo con fuerza.

—Lárgate de mi casa antes de que termine matándote. —Suelto.

Escupe la sangre.

—Barbie.... —Le mando la cabeza al suelo, rompiéndole la nariz.

—¡Ahora!

Se levanta del suelo y sangre sale de su boca, pero no me importa. Se lo merece y merece más, pero soy una chica buena. Yo no mato gente. Salta sobre mí y un grito se muere cuando mando mi rodilla en su abdomen mandándole a la suelo. Envió la patada contra su cabeza y se estrella contra la mesa.

—¡Barbara! —Es Mara y Eric la está agarrando.

—He dicho que te largues de mi casa. —Vuelvo a repetir.

Lo agarro del cabello y lo arrastro fuera de la sala, pero...

—No quieres que se entere.... —Susurra entre dientes, deteniéndome por completo.

—Haz lo que te dé la gana. —Se suelta, levantándose como puede.

Su aliento me repugna cuando se acerca, inclinándose.

—Sabes que no juego Barbie. Te joderé y...

Rio al escucharlo.

—De verdad no sabes con quién te metes ¿cierto? —Cuestiono mirándolo.

—No me amaneces. Lo que has hecho, me lo merezco, pero a ti te joderá más si saben lo que... —Maldito loco.

—Haz lo que quieras. —Repito

LUZIFER ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora