ARCANO.
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—¿Segura que no quieres que te acompañe? —Arregla mi coleta.
—Estoy segura.
Cepilla mi cabello. Es lo que ha estado haciendo en los últimos minutos. Quiere que este bonito para mi hombre.
—¿O no quieres que conozca a tu misterioso hombre? —Muerdo mi labio inferior. Ella sonríe. —No tienes que esconderme las cosas Barbie, soy tu amiga, puedes contar conmigo.
Suspiro.
—Lo sé, pero es que. —<<Es complicado.>> —Solo quiero mantenerlo así Mara.
Sus hombros decaen al escucharme.
—Quiero hablar, pero si te lo digo Eric se enterará, es como si tuviera un radar o algo parecido y a ti te lee como un libro, así que prefiero mantener esto en secreto, por ahora. Además, me emociona mucho todo esto. —Añado, desplegando una sonrisa de oreja a oreja.
—O te pone mucho. —Concluye con una sonrisa. Rio. —Bueno, te dejo, porque quiero llegar rápido a mi casa, para darme una ducha y comer mucho. —Besa mi mejilla. —Cuídate y si algo sucede llámame.
Guarda sus cosas y vuelve a verificarme.
—Disfrútalo ¿sí?
—Lo haré. Adiós.
Camina hacia el estacionamiento, mientras yo salgo de la universidad y subo. Recorro una cuadra por unos cuantos minutos, alejándome de la universidad. No quiero arriesgarme si alguien nos ve.
Llego a la heladería, que es una pequeña tienda, el señor me sonríe de manera amable, ya que he venido por acá hace unas cuantas semanas. En este lugar pocos estudiantes vienen ya que hay tres en esta zona y las dos son más populares, ya que quedan cerca de la Universidad y, esta es las más alejada, así que me siento más segura.
—Yo lo cancelo. —Habla detrás de mí.
Toca mi cadera, besándome la coronilla. Recibo mi helado con una sonrisa de oreja a oreja.
—Aquí tiene su cambio. —Uno de sus hombres toma el dinero.
Me vuelvo hacia él, encontrándome con su mirada.
—Hola. —Acaricia mi mejilla.
Jamás me había sentido tan cómoda con alguien, pero con Becher, hace que las cosas sean más fáciles. Me derrite su mirada, porque cada vez que sus ojos se encuentran con los míos, noto tanta fascinación, que me siento así. Me hace sentir más hermosa de lo que ya me siento.
—Hola.
Se inclina hacia mí y yo me pongo de puntillas recibiendo el beso que tanto he esperado en estas últimas horas. Rodea mi cadera, atrayéndome, a la vez que se abre paso a mi boca. Me alejo con una pequeña sonrisa y beso su mentón.
Entrelaza sus dedos con los míos. Arruga su entrecejo.
—Estás fría.
—Está haciendo frío. —Digo, con una sonrisa divertida.
No sé si va a llover, porque Medellín es Medellín, nunca sabes cuando el clima va a cambiar, puede estar soleado y a los minutos ya estará lloviendo.
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LUZIFER ©
RomanceTRILOGIA INFERNO: LIBRO 1 Un juego diferente está por comenzar. Las fichas ya están puestas y los espectadores esperan los jugadores. Ella una belleza andante, que vive a su ritmo, a su tiempo y a las mentiras. Él un caballero que está dispuesto a...