Capítulo 26: Moon Person

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Domingo, 27 de agosto de 2017.

Me llevo una fresa a la boca y la devoro con dos mordidas. Estoy con los nervios de punta y cuando eso pasa, necesito comer, mucho. Sabrina me distrae de vez en cuando al tirarme del cabello sin querer.

—Lo siento —me sonríe avergonzada a través del espejo.

Puedo escuchar los gritos de las personas que se encuentra afuera del hotel y sé que necesito más fresas.

Valentin está tirado sobre la cama, tocando su guitarra y sin dedicarle una mirada de interés a Teddy que intenta convencerlo para ir a la fiesta que se hará después de la entrega de premios que iremos esta noche. Vamos a hacer nuestro debut de pareja, a casi siete meses de "estar saliendo".

Ian ingresa a la habitación, tiene los mechones de cabello rojo apuntando hacia todos lados. Nunca voy a entender porque se dedica a esto, si es el hombre que menos paciencia que pisa en mundo.

—Val, ya llego la estilista. Está en la habitación de al lado.

Valentin se pone de pie y se acerca a mí.

—Nos vemos en una hora —me dice.

Asiento, ya que mi voz no sirve. Me besa en la boca y se retira. Teddy lo mira dolido por su ignorancia.

—Bambi, tú si estás de acuerdo conmigo de ir a la fiesta... ¿no?

Una tarde Teddy estaba buscando apodos para mí, y como mi nombre no es de gran ayuda le confesé el apodo que todos me dicen en Toronto. Desde ese momento, no he vuelto a ser Mara para él.

—No. Valentin y yo quedamos de acuerdo que no iremos a ninguna fiesta. Si quieres podemos ir a casa de Ian, pedimos comida y creo que hay cervezas en la heladera.

—Ustedes no tienen juventud —murmura con asco—. ¿Sabes cuantas celebridades van a ir a estos premios?

Por ese motivo decidimos no ir a la fiesta.

Fue la primera vez que coincidimos en algo de manera instantánea. Un milagro.

Sabrina no dice ni pío, está muy concentrada en la trenza del lado izquierdo de mi cabeza.

—¿Tú crees que deberíamos ir a la fiesta?

—Bueno, si yo soy Valentin y me he partido el culo trabajando para estar a la altura de las demás celebridades, pues me gustaría ir a una de sus fiestas, por lo menos. ¿Por qué me preguntas?

«Si se lo merece.»

Si tan solo tuviera una buena excusa.

«Mañana tienes que entrar a trabajar temprano.»

No es excusa suficiente y dejare de ser "Bambi" para ser "abuela".

—No tengo otro vestido para ponerme después.

Y no puedo ir con el vestido que iré a la gala. Es muy largo y clásico para ir de parranda.

—Puedo conseguirte otro vestido —ofrece Sabrina.

—¿Dónde?

—En mi casa.

Mi lado bueno se apiada.

—Pero tendrás que volver a Beverly Hills y...

—¡Déjala hacerlo, Bambi! —Teddy grita, como si le doliera el pecho.

Ambas lo miramos y él se tranquiliza.

—Lo siento, es que cuando se trata de estos temas delicados me pongo un poco loco.

Hablando con la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora