Sábado, 2 de diciembre de 2017.
Los copos de nieve se pegan al cristal de la ventana y, antes de que el clima empeore y decida arruinarme el plan de hoy, recorro el silencioso pasillo mientras me hago la idea que esto va a salir bien.
Valentin es el indicado para mí. Me llevo siete meses descubrirlo y un poco más de tiempo en aceptarlo. Ahora, es tiempo de jugármela. Poco a poco. Tampoco quiero espantarlo y que las siguientes semanas sean incómodas para los dos.
Compartimos una suite, con dos habitaciones. Fue idea de Ian, de esa forma Valentin y yo no tendríamos que dormir juntos, ni correr el riesgo de que sospechen algo. De a poco nos vamos separando, y mi plan de que caiga enamorado de mí se está volviendo imposible.
La última semana fue un martirio. Me la pase sacando ideas al azar y tratando a Valentin de forma diferente, cada vez que, hacia algo amable, él se quedaba mirándome con desconfianza. Ni siquiera tratándolo bien conseguí lo que quiero. Además, tuve que trabajar mucho en calmar la ansiedad de saber si tengo el papel de la película o no. Esas dos cosillas, que parecen nada, me han dejado exhausta.
He decidido que hoy será diferente. Vamos a tener una cita. Ayer investigué por internet los mejores lugares para visitar. Además, sería la distracción perfecta. Hoy dirán quienes consiguieron los papeles principales de la película y no estoy preparada para saberlo.
Enciendo las luces de la habitación y voy directo al bulto que se encuentra debajo de las mantas.
—Buenos días —canturreo.
Muy lentamente se vuelve hacia mí.
—¿Qué pasó?
—Tengo ganas de caminar por las calles de Estocolmo —le digo, ofreciéndole mi mejor sonrisa.
—¿Y necesitas de mi permiso?
—Necesito compañía.
—Mmm —se queja antes de darme la espalda—. No tengo ganas de salir al frío.
—Te compro un café.
Él suspira y se queda callado por un momento. Incluso sin verlo sé que lo está considerando.
—Está bien, dame veinte minutos —se levanta de la cama y va hacia el baño.
Me obligo a no sonreír como tonta.
—Ponte guantes, bufanda, un gorro de lana y una campera abrigada, que empezó a nevar.
Se detiene en seco y me observa con la expresión de "¿Hablas en serio?"
—Apúrate, que perdemos el sol y ahí será peor.
Tenemos que atravesar el pasillo a puntas de pie. Del otro lado está la suite de Ian, y aunque que —probablemente— ahora este distraído con Aria, tiene un ojo encima de nosotros todo el tiempo. Llego al punto de ser intolerable.
Bajamos un piso por las escaleras y esperamos a Travis. Cinco minutos pasan lentamente. Agarro la muñeca de Valentin, que esta sentado en el penúltimo escalón, y reviso la hora en su reloj Armani.
—Le dije que bajara a las once —reniego descargándome con el brazo de Valentin.
Él se acaricia donde le di un tirón y me disculpo en un susurro.
—Tal vez está durmiendo, como una persona normal.
—Mira que bien, ya se te pego mi sarcasmo.
—Era imposible que no se me pegara una de tus costumbres con lo que llevamos juntos.
«Ojalá se le hubiera pegado otra cosa.»
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Hablando con la Luna
Teen FictionPRIMERA TEMPORADA TERMINADA Y DISPONIBLE. SEGUNDA TEMPORADA EN CURSO. Dejando de lado la creciente fama de actriz principiante, la vida de Mara Bamber se vuelve aburrida y monótona con el paso de los días. En forma de juego le pide a la luna que le...