Mini maratón 2/2. (Si Wattpad te trajo acá primero anda al capítulo 32)
Miércoles, 15 de noviembre de 2017.
Abro los ojos y mi sueño se desvanece en la oscuridad al igual que los latidos apresurados en mi corazón. Los números que se proyectan en el despertador indican que es madrugada. Y todo fue un sueño. La oscuridad de la habitación me confunde. Espero a que mi vista se adapte al color negro hasta apaciguarlo y así poder ver. Estoy en el apartamento de Valentin, exactamente en la habitación de huéspedes.
Doy vueltas en la cama, pero no puedo volver a dormir. Tengo miedo. Me levanto y voy a la habitación de Valentin.
Él duerme, ocupando el mayor espacio posible. Entro en la cama y me arrastro hacia él. Aún me palpita el corazón de manera desenfrenada. Me lleva un momento aceptar la idea de que lo necesito más cerca.
Toco su brazo varias veces.
-King.
Mueve el hombro hacia adelante, alejándose de mi tacto.
-Shhh.
Agarro una almohada y lo golpeo con ella por dos obvias razones: La primera es porque me hizo callar y la segunda es porque él fue el causante de mi pesadilla. Soñaba que me dejaba sola, completamente sola.
Murmura algo entre dientes. Al final, da vuelta en la cama, dispuesto a escucharme.
-Tuve una pesadilla.
Me invita a recostarme más cerca de él. Y cuando lo hago estrecha mi cuerpo entre sus brazos y hundo la cara en su cuello.
-¿Mejor? -inhala el olor de mi pelo.
«No.»
Fue una mala idea despertarlo.
-¿Tienes miedo?
Mis lágrimas que se juntan en su cuello le dan una respuesta.
-Estás bien, Mara. Estoy acá y nadie va a hacerte mal.
Él estaba mintiendo.
🌘🌗🌖🌕🌔🌓🌒🌑
La luz que proviene de la ventana me da directo a los ojos. Además de quedar ciega por unos segundos, la idea de que es un nuevo día me hace dar dolor de cabeza.
Las personas deberían prohibirme beber. O debería rescatarme antes de refugiarme en el alcohol.
Necesito jugo de naranja o limonada.
Me estiro en la cama y huelo la almohada. También necesito una ducha para quitarme el olor a cigarrillo. No puedo creer que Valentin me dejara dormir en su cama con el odio a los cigarros que tiene.
Miro sobre mi hombro. Sigue durmiendo, de espaldas a mí. Reúno fuerzas y me levanto de la cama. Voy directo al baño. Me desató el nudo del short que me prestó Valentin para dormir y tomo asiento en el váter.
Ayer fue el día de hacer cagada tras cagada. Debería estar muriendo de la vergüenza, pero la resaca ocupa un mayor lugar ahora como para sentirme avergonzada con todo lo que hice anoche.
Podría darme una ducha, ¿O eso ya es pasarse de confianza?
Bueno, ayer lo manosee acá mismo. Si eso no fue pasarse de la raya entonces lo remato con esto.
Luego de tomar una ducha, cepillarme los dientes y cabello voy a la cocina en busca de algo dulce para beber. Busco los gramos de café entre las alacenas y lleno el depósito de la cafetera con ellos, me fijo que tenga agua limpia y la enciendo. Mientras el café se hace, reviso la heladera. Solo hay jugo de naranja, me tomo una botellita de un trago largo.
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Hablando con la Luna
Roman pour AdolescentsPRIMERA TEMPORADA TERMINADA Y DISPONIBLE. SEGUNDA TEMPORADA EN CURSO. Dejando de lado la creciente fama de actriz principiante, la vida de Mara Bamber se vuelve aburrida y monótona con el paso de los días. En forma de juego le pide a la luna que le...