Capítulo 37: ¿Te has enamorado?

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(RECUERDEN QUE ESTE CAPÍTULO DEBÍA SUBIRSE ANTES DE NAVIDAD, PERO LO OLVIDÉ)

Jueves, 14 de diciembre de 2017.

Son las seis de la tarde cuando Sabrina estaciona su auto frente a la mansión de Ian. Las luces de afuera están encendidas, por lo tanto, hay alguien en casa.

—Gracias por traerme.

—De nada. Háblame esta noche para saber si hacemos una cita doble mañana.

¿Cita doble? La última vez que tuve una cita doble termino demasiado mal. Había salido con Liam y una pareja que eran amigos de él. Ellos se la pasaron transmitiendo baba mientras Liam y yo no sabíamos que excusa poner para irnos y que no se lo tomen mal. Pero me tranquilizo al pensar que es Sabrina y Travis, no necesitan llenarse de besos para que los demás sepan que se tienen ganas y amor.

—Seguro —me bajo del auto—. ¡Te quiero!

—Te quiero.

Hago mi camino hacia la puerta mientras busco las llaves en mi bolso de mano. Al entrar me despido de Sabrina y ella se va. La chimenea está encendida, calentando la sala y parte de la entrada. Quisiera meterme a la cama y mirar alguna película, pero le prometí a Aria que apenas llegará de la sección de fotos la ayudaría en la cocina. Y tengo planes de ir al cine con King. Las ganas de ponerme cómoda y ver una película deberán esperar.

—¡Aria ya llegué! —grito, quitándome el abrigo y dejándolo en uno de los sofás—. ¡¿Quieres que hagamos las galletas de naranja?!

No la escucho bajar por las escaleras. Así que voy directo a la cocina, debe estar ahí, con el cabello castaño lleno de harina y los dedos manchados de huevo.

Solo hay tres personas rodeando la barra. Valentin, Samanta e Ian.

—¿Hola? —me quedo de piedra al ver una reunión que no me esperaba tener que afrontar hoy—. ¿Quién murió?

—Ven, Mara —me llama Ian con un movimiento de cabeza—. Tenemos que discutir algo importante.

Mis ojos van directos a Valentin, él se encoje de hombros levemente. Con ese simple gesto me ha borrado todo tipo de preocupación que se había apoderado de mi sistema nervioso.

Seguro solo quiere hablar de la separación. Y yo que me estaba torturando imaginando que pude haber hecho mal en esta semana.

—¿Puedo desmaquillarme primero?

Tengo las mejillas maquilladas con todo tipo de color: rosa, azul, dorado y algo de naranja. Mi cara parece un arcoíris.

—No.

«Ok, Ian está en sus días. Mejor no nos metamos con él. O si podemos meternos con él, pero manteniendo la precaución.»

Me acerco a Samanta para darle un beso en la mejilla. Dos carpetas negras me llaman la atención, y aún más al ver que descansan debajo de las manos de Ian. Levanto la vista hacia Valentin, que debe estar tan confundido como yo.

—Hola, King.

—Hola.

—Te envié un mensaje —me dice Ian.

Estoy segura que Samanta le habrá contado dónde estaba metida, pero a Ian le gusta ponerme de mal humor cuando él ya se encuentra de mal humor.

—Estaba en una sección de fotos —me giro hacia Valentin—. ¡Voy a salir en la portada de Glamour España en febrero!

—Eso es genial, mi niña.

Ian, que estaba dándole vueltas a una lapicera, se detiene de golpe y puedo ver los engranajes trabajando dentro de su cabeza.

Hablando con la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora