Lunes, 10 de julio de 2017.
Abro los ojos cuando siento que alguien me mueve. Valentin está de pie a un lado de la cama y me mira expectante.
—Hola, ¿estabas durmiendo?
Frunzo las cejas provocando que se ría.
—Tienes que levantarte —dice y lo enfatiza quitándome la sabana de encima.
—¿Qué hora es?
—Las siete.
Bostezo de forma exagerada y me abrazo a la almohada.
—Es muy temprano.
—De la tarde, Mara.
¿De la tarde? ¿Dormí siete horas de siesta?
Entra a mi armario, lo escucho remover las perchas y algunas prendas de ropas caer al suelo mientras maldice por lo bajo. Me trago una sonrisa cuando aparece con una montaña de ropa y las tira la sobre la cama.
—¿Qué haces? —pregunto confundida—. ¿Y qué haces acá? No es que no me alegra verte, pero ya nos vimos hace menos de diez horas.
A las nueve de la mañana vino a buscarme para desayunar y dar una vuelta por Hollywood, terminamos entrando a una galería de arte porque los paparazzi se complotaron para ser un dolor de cabeza el día de hoy. Pero no fue una buena idea porque todos dejaron de ver el arte para enfocarse en el chico que me tenía agarrada de la mano, logramos escapar de la ola de gente que reconoció a Valentin y me trajo a casa antes de que sea mediodía.
—Yo también te extrañé, Mara.
Ruedo mis ojos y me levanto de la cama dirigiéndome al baño para cepillar mis dientes y echarme agua en la cara. Al salir de ahí, observo a Valentin moviéndose por la habitación mientras mete mis perfumes en una valija.
—¿A dónde me llevas?
—Antes de que te niegues a venir conmigo, quiero que sepas que si decides quedarte acá estarás sola por un tiempo indefinido.
—¿De quién escapas? —pregunto divertida.
—De mis fans.
Borro la sonrisa burlona que había en mi cara. Este no es el Valentin de siempre.
—¿Por qué?
—Tengo que terminar de grabar mi nuevo álbum y no puedo hacerlo si no tengo la privacidad que merezco.
Por alguna extraña razón ese comentario me da una puntada en el corazón. Una vez que te vuelves una celebridad no tienes privacidad. Eso siempre me decía Eva cuando le contaba mi sueño de convertirme en una actriz conocida.
—¿A dónde irás? —pregunto murmurando.
—Alquile una casa estudio que está en Malibú.
—¿A qué hora salimos?
Valentin frunce el ceño y sonríe un poco confundido.
—¿Estás enferma? —pregunta con una sonrisa socarrona—. Digo, ya que es la primera vez que no discutes lo que digo.
—No te acostumbres —le digo echando más ropa en la valija.
Hago un corto berrinche cuando mete mis valijas en el maletero de su Range Rover. Quiero ir en mi nuevo auto, pero ¿Por qué vamos a ir en dos autos cuando entramos en uno perfectamente?
La única vez que usé el Jeep fue para ir a tomar un café con James. Lo invité, él tuvo problemas con la novia, se pelearon y lo escuché todo a través del celular. Ella termino yéndose a su casa y fui a buscar a James. Estaba muy emocionada al tener el volante en mis manos por primera vez. Con la única persona que salgo la mayor parte del tiempo es con Valentin y siempre vamos en su auto.
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Hablando con la Luna
Novela JuvenilPRIMERA TEMPORADA TERMINADA Y DISPONIBLE. SEGUNDA TEMPORADA EN CURSO. Dejando de lado la creciente fama de actriz principiante, la vida de Mara Bamber se vuelve aburrida y monótona con el paso de los días. En forma de juego le pide a la luna que le...