Capítulo 48: La vuelta al sol de Claudia

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Mini maratón 2/2. (Si Wattpad te mandó primero acá anda al capitulo 47)

Miércoles, 21 de marzo de 2018.

"We can stay forever young." Es mi lema está noche.

Claudia baila la canción con meneos exagerados y me doy cuenta que ya le pegaron las caipiriñas. Yo solo bebí dos vasos y estoy bien... Ella bebió el triple en tiempo récord y luce eufórica.

—¡Necesito más alcohol! —me dice a los gritos.

Me abrazo a su cintura y empleo toda la fuerza que tengo para evitar que Claudia vuelva a la barra. Se detiene y gira la cabeza como la niña del exorcista porque estoy pegada a su espalda.

—¿Qué haces?

Le doy una sonrisa divina, que no la compra. Aun aferrada a su cintura suspiro con pesar.

—Tienes que beber más despacio.

—Ni que bebiera corriendo.

Da un paso y me lleva consigo. Soy mucho más delgada que Claudia, ella no es exactamente gorda, pero tiene el doble de masa corporal que yo, por lo tanto, puede arrastrarme por todo el club si así lo desea.

—¡Suéltame, Bambi! —chilla para todo el mundo—. ¡Merezco divertirme en mi noche!

—¿Desde cuándo el alcohol es sinónimo de diversión? —digo, esperando a que no me escuche.

—Para eso lo inventaron —pone los ojos en blanco, demostrando, una vez más, que el sentido del oído no lo perdió—. Para que personas estiradas se liberen por unas horas de la cárcel que viven.

Dios, la psicóloga Claudia Espinosa hace su aparición.

Me imagino que somos un chiste para los invitados, porque nos siguen con la mirada y una sonrisa de diversión.

—Bien, bien —acepto, soltándola al llegar a la barra.

Claudia tiene puesta una tiara en la cabeza y un vestido negro satín con escote pronunciado, destacándose de todas nosotras. Hasta yo me quedé varios segundos embobada con sus tetas. Parece una modelo y, por lo tanto, al levantar solo un dedo cualquiera de los cinco bármanes viene corriendo a prepararle cualquier trago que ella desee.

—¿Quieres que te pida algo? —me pregunta, pidiéndole un momento al chico y que la mira con ojos de enamorado.

—Por ahora estoy bien, gracias.

—Dos caipiriñas, por favor.

—Te dije que no voy a beber por ahora.

¡Una de las dos tiene que mantenerse sobria!

—¿Quién dijo que una es para ti?

Supongo que está noche tendré los ojos encima de Claudia. No es que necesite ser su niñera, pero me preocupa que alguien intenté sobrepasarse con ella.

Se nota que el barman es nuevo, porque le lleva preparar una simple bebida. De repente siento ganas de ir al baño. Claudia se encuentra hablando con una chica, supongo que es compañera de clases porque no la conozco, pero igualmente no quiero dejarla sola. Ya tiene las mejillas coloradas, ¡y eso significa que ya está borracha!

Veo a Mila pasar cerca de nosotras, la agarró del brazo y ella se detiene preparando la mano derecha. Creo que me dará un cachetazo, hasta que me ve a la cara y baja el brazo.

—Oh, creí que eras un chico —dice, algo apenada—. Lo siento.

Le afirmo que está bien, yo hubiera hecho lo mismo. Una debe estar preparada a todo.

Hablando con la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora